Después de la tempestad llega la calma, dicho que encaja a la perfección con la historia de Andrea Gout Meléndez, una mujer talentosa, poliglota, que además nació con la habilidad de tocar el piano.
Todo comenzó hace 16 años cuando decidió formar una familia con un hombre que conoció en su trabajo; fruto de la relación nació un hijo.
Andrea reconoció que desde el noviazgo comenzaron los maltratos: “Fue una relación de mucha violencia, muchas amenazas tanto para mí como para mi hijo, mucha violencia física hacía mi hijo, entonces fue una situación muy complicada porque yo estaba totalmente manipulada por el miedo, las amenazas, el control que tienen mental y psicológico sobre uno para no poder salirse de situaciones tan pesadas, tan tristes”, comentó.
Dijo que llegó a pensar que merecía los malos tratos de su pareja: “Lo llegue a contemplar como algo normal, incluso como algo que yo provocaba, que llegue a pensar que no merecía respeto, que no merecía nada de eso y estaba en un estado constante de depresión, soledad, aislamiento social, entonces es muy complicado una vez que estamos adentro no es nada sencillo que puedas salirte, más que nada por la amenaza de que si te vas te pasaran mil cosas, entonces una se queda por miedo, se queda por los hijos, por cuestiones económicas”, narró.
Sus amigos y familiares hablaron con ella para hacerle ver que vivía sumida en la violencia, pero en ese momento pudo más el miedo que sentía por las amenazas.
Meses después se armó de valor y decidió ir a denunciar las agresiones, pero se topó con pared; las autoridades minimizaron su caso, Andrea recordó que en una ocasión mujeres funcionarias públicas le dijeron que: “dejara de quejarse pues su pareja sólo le gritaba”.
“Yo denunciaba con que me iban a desaparecer a mi hijo, que no lo iba a volver a ver, me amenazaban con golpes, con muchísima violencia, y al yo querer hacer esas denuncias me rechazaban inmediatamente porque no llegaba yo golpeada, con alguna fractura, igual a mi hijo no lo llevaba tocado o golpeado, pero estando denunciando llegue a ver mujeres golpeadas que, si a ellas les ofrecían ese tipo de protección, entonces yo pensaba, si yo no vengo golpeada o agredida físicamente y estoy viendo a una persona que ni así ayudan entonces qué esperanzas tengo yo”, señaló.
Andrea siguió luchando contra el sistema, de la mano de su hijo, su motor para salir adelante. Tocó muchas puertas hasta que finalmente encontró la correcta.
Con la ayuda de un abogado promovió una demanda por las amenazas y para quedarse con tutela de su hijo, desde entonces, a su ex pareja se lo tragó la tierra.
La ausencia del agresor fue una bocanada de aire puro para ella y su hijo, fue entonces que llegó la calma, ese pequeño momento de felicidad.
Fue así como inició su propio proyecto de vida, un modelo de negocio que le permite trabajar desde casa y ganar dinero: “Eso me ayudó a cuidar mi hogar, cuidar mi economía, cuidar mi profesión, crecer, desarrollarme, realmente la felicidad y la abundancia está del otro lado del miedo, basta en creer muchísimo en una, en la capacidad de levantarse sola, independiente, con hijos o sin hijos claro que es posible”, resaltó.
JMH