Entre 350 y 500 raciones diarias de alimentos se sirven a diario a población de calle en la iglesia de La Soledad en el barrio del mismo nombre. En entrevista el párroco, Benito Torres, informó que debido a la pandemia del Covid-19, varios comedores aledaños a la zona han cerrado sus puertas.
Antes de las 9 de la mañana, hombres y mujeres en situación de calle, salen de sus espacios callejeros donde duermen y se dirigen a las filas que la misma parroquia les ha organizado en el atrio con separación de un metro, entre cuerpo y cuerpo.

“Estos son los olvidados de los olvidados”, dice el sacerdote.
Y sí… En la actual pandemia las autoridades sanitarias los han olvidado: no reciben información alguna sobre reglas de higiene, además de que duermen cuerpo a cuerpo. En el albergue de Coruña del gobierno capitalino “juntan dos camas y dormimos tres, así”, dice Ernesto.
Pero estos tienen, donde dormir. El grueso de indigentes, duerme en la calle y son los que ante la actual pandemia, buscan ahora dónde alimentarse. Los hay los que comen un día sí y otro, no.
Todos sin medidas sanitarias que enfrenten a la pandemia y ante ellos, todos le apuestan a su fe…
jamj