Luego de dos semanas de haber iniciado el ciclo escolar de manera totalmente presencial, maestros de distintos niveles educativos consideraron como deficiente el conocimiento adquirido por sus alumnos durante la pandemia.
Cerca de 30 millones de estudiantes de educación básica y media superior regresaron a clases en más de 230 mil planteles en el país, de acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP). No obstante, los conocimientos que los alumnos debieron aprender durante los dos años de pandemia no fueron los más provechosos, según docentes.
De acuerdo con las estimaciones del Banco Mundial, en México la pandemia causó un rezago educativo equivalente a dos años de escolaridad.
Educación Básica
"Yo tengo niños que no saben ni los colores", dijo Maricarmen Madrigal, profesora de primer año de una escuela primaria y también de nivel medio superior, sobre cómo percibió a sus alumnos en el regreso a las aulas.
Las causas de que esto suceda, señaló la maestra, es que muchos de los padres de familia de sus alumnos tenían que trabajar a distancia a pesar de la pandemia y, por tanto, no podían atender al mismo tiempo el trabajo y la educación que un niño en edad preescolar requiere, mucho menos si no disponían de las herramientas tecnológicas para hacerlo.
"Era algo muy complicado porque había niños que no sabían siquiera escribir su nombre, que es de lo más básico que se les enseña en un kinder. Fue una generación con carencias", dijo.
Afirmación que se puede ratificar con el estudio "Impacto Covid19 en la educación en México" del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), donde se menciona que, con alumnos que cursaban primaria y secundaria, 74.6 por ciento de los estudiantes debieron compartir los aparatos electrónicos con los que se disponía para su educación.
Si bien el escaso acceso a medios para tomar las clases en línea fue uno de los mayores contratiempos para muchas familias, pues únicamente 24.3 millones de hogares cuentan con la posibilidad de acceder a internet de los 35 que se tienen registro en México, la otra problemática que surge es el progreso académico de los alumnos a pesar de no contar con los conocimientos necesarios.
"Había niños que estaban en tercero de primaria que no sabían leer ni escribir y de todos modos siguieron avanzando", dijo Madrigal, quien reconoció que apoyar a sus alumnos de primer año, tanto como pudiera y a pesar de que no lograran aprender por completo los temas correspondientes, era parte de los lineamientos que debía seguir.
"La indicación general era recibirles lo que puedas y evaluarlos con lo que tengan". dijo.
Nivel Medio
En sus ocho años como profesora de literatura en el Colegio de Bachilleres, Maricarmen encuentra en este regreso a clases un notorio rezago educativo de sus alumnos en comparación con el periodo previo a la pandemia.
Ante la falta de una estadística oficial que permita identificar cuáles fueron los conocimientos y habilidades realmente aprendidos durante ese lapso, los profesores han implementado exámenes diagnóstico para medir el desempeño de los estudiantes.
"Ahora que volvimos a la escuela, al implementar la misma actividad que se hacía cuando estábamos en la modalidad a distancia, que consistía en leer un libro, un 80 por ciento de mis alumnos reprobó. Jamás había tenido números tan alarmantes", dijo.
Datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) indican que, previo a la pandemia, los mexicanos obtenían, en promedio, aprendizajes equivalentes a tercero de secundaria. Con lo que, de cumplirse las predicciones del Banco Mundial, al día de hoy el conocimiento en México llegaría solo al equivalente a primero de secundaria.
Tras casi dos años de dar clases virtuales, Madrigal valora una posible respuesta ante tan dramática situación, pues considera que los estudiantes de bachillerato mantuvieron dinámicas desfavorables que no les ayudaban a adquirir los conocimientos impartidos.
Los comportamientos son, entre otros tantos que señalaron los docentes, el aprovechar la virtualidad para no prestar atención por ocuparse en otras actividades o, en todo caso, no atender a las indicaciones que los profesores pretendían en clase; así como desaparecer de las sesiones en línea una vez que se les haya tomado asistencia a los alumnos.
"Muchas veces ni siquiera contestaban a las preguntas que les hacía porque no estaban ahí. En esos casos, ellos se aprovechaban de la situación porque sabían que no los estábamos viendo", dijo la profesora de literatura.
Asimismo, además de la desatención en clase, la entrega de las tareas fue otro de los inconvenientes. Los docentes se dieron cuenta de la manera fraudulenta con la que los alumnos intentaban aprobar la materia, pues copiaban o compartían con el grupo las respuestas de exámenes u otros aspectos de la evaluación.
"Los muchachos difícilmente van a tener la madurez para darse cuenta de que, terminando el bachillerato, van a continuar o pretender continuar su vida académica. Al final, ellos mismos se ponen el pie". dijo Maricarmen.
A pesar de que muchos no lograron hacerse de las competencias necesarias, los alumnos siguieron avanzando semestre tras semestre, pues el Colegio de Bachilleres mostró flexibilidad ante la pandemia en los requisitos para poder evaluar a sus estudiantes. Los profesores fueron más laxos, los alumnos más astutos.
Nivel Superior
"Pareciera que los alumnos siguen en la preparatoria. Quieren todo de manera rápida y hacen lo que sea para conseguirlo, sin importar la calidad, sólo por entregar", dijo Lourdes Rodríguez, catedrática e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), con relación a la manera en que se encuentran los universitarios a los que les da clase.
Los estudiantes de nivel superior se diferencian del resto de los grados educativos por el bagaje con el que cuentan previo a su ingreso a la universidad. Sin embargo, los docentes encuentran que la pandemia trajo consigo un desinterés generalizado por parte de los alumnos más jóvenes, aquellos que cursan los primeros semestres.
Los profesores se muestran preocupados no sólo por el poco conocimiento con el que llegan los estudiantes, sino con los cuestionables aprendizajes adquiridos, que muchos de los universitarios necesitaron para avanzar en su trayectoria académica.
"Yo no puedo decir que en este periodo escolar haya un progreso significativo en aquellos estudiantes que empezaron muy mal y que fueron avanzando de trimestres", refirió Rodríguez.
La académica dijo que a los docentes de universidad se les instruyó para facilitar el progreso del alumno ante una situación de emergencia, como lo fue la de la pandemia, no importando si realmente lo merecía o no.
"Si de por sí los alumnos tuvieron un nivel medio superior deficiente, cuando entran al primer año de universidad no adquieren los conocimientos básicos y aún así siguen avanzando. Ya van a la mitad de la carrera sin conocimientos sólidos que sustenten el seguir progresando y, sin embargo, esos estudiantes seguirán avanzando", dijo.
El IMCO señaló que, de no tomar medidas adecuadas ante la pérdida de aprendizajes de los alumnos, se puede poner en riesgo el futuro de una generación completa de estudiantes.
"Yo los veo muy de la chingada", dijo José Luis Reyes, académico de la facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), luego de reflexionar acerca de la formación académica con la que cuentan sus nuevos alumnos.
Lo que más le preocupa al académico son los pocos conocimientos con los que los alumnos egresaron de carreras del área de la salud, como la psicología. Consideró que se debe contar con las herramientas suficientes para desempeñar un trabajo correcto al tratar con las personas, pues la vida de los pacientes se puede ver directamente afectada.
"La generación que egresó no adquirió buenos conocimientos porque fueron dos años perdidos. No me molesta que en clase me digan que no saben, me molesta que salgan y los pendejeén allá afuera, porque no quiero que la vayan a regar. Los pacientes se les pueden salir de las manos", dijo.
ROA