Autoridades de la Secretaría de Salud capitalina, detectaron actos de presunta corrupción e irregularidades en el manejo y administración del Hospital Veterinario de la Ciudad de México.
En conferencia de prensa, Oliva López, secretaria de salud, informó que este espacio se convirtió “un negocio privado” para los directivos de la pasada administración al permitir la operación de una farmacia privada dentro de la unidad.
Además se detectó que los medicamentos controlados no tenían una cadena de custodia, lo que permitía que se perdiera medicamento que requiere un manejo riguroso, particularmente los anestésicos.
“Se adjudicó de manera directa y concluyó su contrato el 31 de diciembre de 2018. Por supuesto en el compromiso de transparentar los servicios, no podíamos permitir que siguiera ese negocio privado al interior de un hospital veterinario público”, expuso.
Las irregularidades encontradas también ponían en peligro a los animales que ahí se atendían ya que este hospital contaba con un tipo de "Rayos X” para tratamiento humano, “y esto significa niveles de radiación mayores a los generados por equipos portátiles o especializados para uso veterinario”, agregó.
Oliva Pérez, dijo que el Hospital Veterinario de la Ciudad de México no contaba con estructura administrativa y tampoco con un organigrama que permitiera una conducción con obligaciones y responsabilidades.
En cuanto al personal, reveló que todos sus integrantes están contratados de manera precaria.
“Estamos documentando todas las irregularidades, estamos haciendo una carpeta para enviarla a la Contraloría de la Ciudad de México”, apuntó.
Aclaró que esto no significa que el hospital deje de funcionar, como se ha difundido en redes sociales, pues se mantiene la esterilización, la consulta externa, la desparasitación y la vacuna antirrábica.
“En menos de un mes volverán a regularizar tanto urgencias como las cirugías”.
EB