Por primera vez en la historia, la demanda de gasolina cayó 60 por ciento y del diésel que mueve a los camiones y tractocamiones en el país, 35 por ciento, ante la llamada cuarentena como medida para disminuir la posibilidad de contagios por coronavirus, explicó José Pablo López Calva, experto en energías y quien fue asesor de la Dirección de Transformación Industrial de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Durante el foro de análisis virtual “El petróleo en contango: ¿cuánto nos cuesta que se lo lleven?”, organizado por la Universidad de las Américas Puebla (Udlap), López Calva explicó que ante una baja demanda y ante la disminución de la demanda y del precio del petróleo en el mundo, en el país aparecieron problemas de almacenamiento.
“Cuando los precios presentes son más baratos que los precios más allá del tiempo se llaman contango, una curva también puede estar plana, y cuando los precios actuales son más caros que los precios hacia adelante se llaman backwardation”, explicó.
Señaló que, durante el mes de abril de este año, se registró una caída del precio del petróleo que fue mayor a lo esperado; así como una baja demanda de las gasolinas y del diésel, situación que impacta en las finanzas del país.
“El 20 de abril el petróleo tomó una curva de súper contango, es decir, un precio inferior al precio a futuro, lo que tomó a todos por sorpresa llevando a hacer análisis. La demanda del petróleo cayó mucho; la demanda para gasolina bajó a más de 50 por ciento y la demanda para refinería no cayo tanto. En México, el organismo que agrupa las gasolineras habla de caídas de 60 por ciento en gasolina y 35 por ciento en diésel, caídas históricas que no se habían visto”, explicó.
Por su parte, Manuel Guzmán Moreno, vicepresidente global de negocios estratégicos de SamurAI, explicó que el gobierno de México es vulnerable a la caída de los precios del petróleo porque sus finanzas dependen de dichos ingresos, pese a que en los últimos 40 años se registró una diversificación de exportaciones.
“Dado el potencial petrolero, México se convirtió en un país mono exportador en 1980. El 60 por ciento de nuestras exportaciones eran únicamente petroleras y también aumentó la dependencia del sector público a los ingresos petroleros. Eso cambió, en los últimos años y en 2019 México registró que 89 por ciento de las exportaciones eran manufactureras y sólo seis por ciento eran exportaciones petroleras”, explicó.
Destacó que México no está viviendo una crisis de balanza de pago; sin embargo, se presenta un fenómeno de incertidumbre y volatilidad. “Si bien es cierto que hoy que esta caída tan importante de los precios del petróleo no ha tenido un impacto en la balanza de pagos, si hay que reconocer que el sector público sigue siendo muy vulnerable a esta caída de los ingresos petroleros”.
En tanto, Nora Gavira Durán, académica del Departamento de Banca e Inversiones de la Udlap, explicó que, pese a la caída del precio del petróleo, México cuenta con dos tipos de cobertura petroleras, la primera de parte de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público, y la segunda de PEMEX; sin embargo, los ingresos están cayendo.
“Esta cobertura no será suficiente. Y lo peor son los resultados financieros de PEMEX, el cual tuvo en 2019 como principales problemas financieros una pérdida neta de 346 mil millones de pesos, que representa un incremento de 91.9 por ciento con respecto al año anterior, una deuda total de mil 941 miles de millones de pesos y una pérdida de inversión al cancelar la reforma energética. Los problemas trajeron en consecuencia la calificación crediticia de México y su crecimiento económico”, finalizó la especialista en administración de riesgos.
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