Todavía en la pasada década, los agentes de Seguridad Física de Petróleos Mexicanos (Pemex) utilizaban varillas o palos para localizar tomas clandestinas en sus ductos.
Los elementos de seguridad recorrían decenas de kilómetros a pie entre los montes para verificar el estado de los sistemas de transporte de hidrocarburos.
Si esa herramienta salía con olor a combustible o mojada de hidrocarburo, era muy posible que ese ducto estuviera pinchado en algún tramo.
En 2013, la empresa petrolera contabilizó dos mil 612 pinchazos. Para 2018 la cifra llegó a 14 mil 956, de acuerdo con cifras de Salvaguarda Estratégica de Pemex.
La supervisión a pie —con la varilla o el palo— resultó más eficiente en ese momento que la tecnología.
El sistema SCADA (Supervisory Control And Data Acquisition, por sus siglas en inglés), un sistema informático utilizado para controlar y supervisar procesos industriales a distancia, no evitó el robo de hidrocarburos.
“No resultó muy operativo el sistema, el sistema recopila datos de sensores y dispositivos en campo, enviándolos a un centro de control para su análisis y toma de decisiones, avisa que en un tramo existe la desviación de producto, eso no detiene al huachicolero, sólo avisa dónde extrae”, precisó un agente a MILENIO.
Retroexcavadoras
La mayoría de las tomas localizadas eran herméticas. Es decir, sin derrame, lo que significaba que eran bien colocadas y eran utilizadas por los huachicoleros para abastecerse cuando así lo quisieran, lo que significó un reto para los agentes.
Ante esta situación Pemex recurrió al uso de retroexcavadoras para hallar los pinchazos, cada vez más ocultos y herméticos, o tramos de mangueras de dos pulgadas bajo la tierra con origen a los ductos y final en una “llave ilegal”.
Desde 2022, Pemex arrendó esa maquinaria para intentar frenar la ordeña constante mediante pinchazos.
Según datos de la propia empresa, los huachicoleros llevan el final de la manguera hasta 400 metros del pinchazo en el ducto a un camión o camioneta adaptados con tanques o pipas “adaptadas”, con fachada de transporte para cosecha de frutas o legumbres, pero que en realidad recolecta gasolinas, diésel o petróleo crudo.

Combate al huachicol
Con la búsqueda más exhaustiva de tomas clandestinas en el marco de la Estrategia contra el Robo de Combustibles, Pemex logró disminuir el fenómeno en 2023 a las 12 mil tomas clandestinas, y en 2024, la cifra se redujo a 10 mil 300 pinchazos a ductos, hallados principalmente en zonas descampadas.
En este sexenio el gobierno federal elevó el combate al huachicol con el uso de drones, vigilancia encubierta y cruces de información de inteligencia naval y de la Defensa Nacional.
Con este esquema, en los últimos meses, los llamados gasotraficantes dieron un giro al robo de hidrocarburo y comenzaron a conectar esas mangueras de manera directa a empresas fachada o casas de las que nadie sospecha.
En el operativo federal reportado en junio en el centro del país, tras realizar 12 cateos simultáneos en la Ciudad de México, Querétaro y Estado de México, las fuerzas armadas, la SSPC y la FGR, detuvieron a 32 integrantes de una banda que extraían gas LP e hidrocarburos de dos tomas clandestinas conectadas a dos “gaseras” fachada donde se encontraron pipas de hasta 40 mil litros de capacidad y de más de 80 mil litros en el caso de los tanques de almacenamiento.
Cateos y detenciones
En la acción fueron detenidos los principales líderes de la célula delictiva: Cirio Sergio “N”, El Checo y Luis Miguel “N”, El Flaco de Oro, quienes coordinaban la extracción y distribución del combustible.
En una “refinería a escala” instalada en Coatzacoalcos, Veracruz, las autoridades federales encontraron 500 mil litros de petróleo crudo de procedencia ilícita.
En Cunduacán, Tabasco, el Gabinete de Seguridad realizó un cateo en un predio vinculado con un grupo delictivo donde se aseguraron cerca de 400 mil litros de diésel, dos tractocamiones, dos semirremolques, tres contenedores de almacenamiento móvil.
En otra acción realizada en Tabasco, los agentes aseguraron en una bodega 880 mil litros de hidrocarburo, siete vehículos y dos montacargas para el traslado del hidrocarburo robado.
Los huachicoleros también han dado un giro con la venta ilegal de combustible y abrieron la puerta al contrabando de gasolinas, el llamado huachicol fiscal.
En seguimiento al aseguramiento de un buque y de 10 millones de litros de hidrocarburo en Tamaulipas en el mes de marzo, militares y autoridades civiles realizaron un cateo en Saltillo, Coahuila, donde se ubicó un predio utilizado para resguardar vehículos de transporte de carga y contenedores de combustible de procedencia ilegal.
Las autoridades aseguraron cerca de dos millones de litros de hidrocarburo, 20 pipas, siete bombas tractocamiones, contenedores y fueron detenidas 11 personas.
Luego, en acciones realizadas en Ramos Arizpe y Saltillo, Coahuila, se aseguraron 129 ferrotanques con más de 15 millones 400 mil litros de hidrocarburo de procedencia ilícita.
Antes, en marzo, la Marina aseguró esos 10 millones de huachicol en un predio donde se hallaron cientos de pipas y tanques cilíndricos, mientras que en Ensenada, Baja California, otros ocho millones de litros de combustible fueron asegurados en un predio en un operativo conjunto por parte de la FGR y las fuerzas armadas.
“Hay dos factores en este problema; uno es que se detonó un importante mercado ilegal de combustibles importados, existe una proliferación en ese sentido, principalmente en la zona de Tamaulipas. El otro es que los grupos delictivos encontraron la manera de extraer combustible colocando predios o empresas falsas encima de los ductos, para evitar la exposición en los campos, en parte, eso también ha disminuido las fugas desde las tomas clandestinas o incluso accidentes, porque en los predios las tomas (clandestinas) están más controladas”, explicó un comandante.

CJNG, principal operador del huachicol
El huachicol, añadió, tiene como principal operador el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), organización que cuenta con un esquema “empresarial” para ese ramo, en un claro desplazamiento a Los Zetas, desde la década pasada.
En el caso de Guanajuato y Tabasco, establecen investigaciones federales, el CJNG pelea ese delito al Cártel de Santa Rosa de Lima, y contra La Barredora (escisión del CJNG) zonas tabasqueñas.
La organización que encabeza Nemesio Oseguera, El Mencho, también tiene participación en ese esquema delictivo en estados como Hidalgo, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Baja California, Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León, de acuerdo con los registros castrenses y de la Guardia Nacional.
En menor medida el Cártel de Sinaloa, La Familia Michoacana y el Cártel del Golfo también participan en la red de huachicol, aunque en menor medida, derivado de la penetración del CJNG en empresas dedicadas al manejo de combustible ya establecidas.
“Los huachicoleros son empresas que emiten facturas a favor de sus clientes y legitiman sus operaciones con permisos reglamentarios, y pedimentos de importación que no corresponden a sus verdaderas actividades”, ejemplificó la fuente.
En el caso de la célula delincuencial que operaba en el centro del país, se trató de una organización independiente, aclaró el titular de la SSPC, Omar García Harfuch, en días pasados.
Sin embargo, el MPF investiga los nexos de la banda, como el suministro de armas, vehículos, camiones autotanques, la conexión con autoridades y hasta pagos de “cobros” de piso a organizaciones criminales, añadieron.
LG