La mañana del 24 de agosto, la plaza comercial Parque Delta, ubicada en la colonia Piedad Narvarte de la alcaldía Benito Juárez, atrajo la atención de la población capitalina por un conato de incendio en uno de sus negocios.
Acorde con los reportes oficiales, el incidente comenzó en el área de panadería de una tienda departamental, pues el aceite de una freidora alcanzó una temperatura tan elevada que comenzó a arder. La columna de humo alertó a trabajadores y clientes, quienes fueron desalojados de inmediato.
Horas más tarde, las autoridades confirmaron que ninguna persona resultó lesionada, en gran medida, gracias a la rápida actuación de los servicios de emergencia y Protección Civil.
Aunque esta ocasión no alcanzó dimensiones trágicas, no es la primera vez que el terreno que alberga Parque Delta se convierte en escenario de un suceso desdichado. En MILENIO te contamos cuáles han sido los siniestros que han ensombrecido la historia de esta plaza comercial.
¿Cómo surgió Parque Delta?
El terreno en donde hoy se encuentra ubicada la plaza comercial, justo frente al Panteón Francés, estaba ocupado a principios del siglo XX por establos de mulas.
De acuerdo con un mapa elaborado en febrero de 1919 por la Compañía de Tranvías de México, esta área era conocida como Posta de La Piedad, posiblemente por su colindancia con el río del mismo nombre.

Durante la década siguiente se hicieron múltiples arreglos para habilitar este terreno como cancha deportiva y, en 1928, se inauguró el Parque Delta, convirtiéndose en poco tiempo en la principal sede para juegos de beisbol en la capital del país.
Múltiples crónicas periodísticas señalan que este inmueble incluso reemplazó al Parque Franco Inglés, en donde se disputó el primer juego oficial de la Liga Mexicana de Beisbol en junio de 1925, como el estadio de mayor relevancia, adquiriendo años después el sobrenombre de "La Catedral" de este deporte.
La primera tragedia registrada en Parque Delta
El 15 de junio de 1952 aparentaba ser un domingo cualquiera para la población capitalina. En la cartelera deportiva de aquel día resaltaba un enfrentamiento decisivo entre los Diablos Rojos del México y el Águila de Veracruz.
La sede de aquel partido era, precisamente, el Parque Delta. No obstante, el júbilo y la emoción de aquella mañana pasaron a segundo plano cuando, minutos antes de las 11:00 horas, colapsó uno de los soportes de la tribuna preferencial que se ubicaba cerca de la entrada principal.
Relatos periodísticos disponibles en la Hemeroteca Nacional señalan que la estructura se venció debido a la gran cantidad de espectadores que buscaban quedarse con los mejores lugares. De forma inicial se reportó una cifra de 30 personas lesionadas y, días más tarde, se confirmó la muerte de dos aficionados, incluido un menor de edad.
Fernando Casas Alemán, entonces jefe del Departamento de Gobierno del Distrito Federal, ordenó que se suspendieran los eventos deportivos en el Parque Delta hasta que culminara la reconstrucción de las tribunas.
La prensa de la época refirió que las autoridades capitalinas no tenían inspectores encargados de estos espectáculos debido a que el beisbol no pagaba impuestos "para de esta manera dar impulso a los deportes". Ante tal situación, el Departamento de Gobierno carecía de control respecto al sobrecupo de aquel fatídico día.
Posteriormente, el inmueble fue adquirido por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) e inaugurado en marzo de 1955 con un encuentro amistoso entre la selección mexicana y el conjuto nacional de Japón.
El estadio de beisbol que se convirtió en morgue
El sismo del 19 de septiembre de 1985 tomó a la Ciudad de México por sorpresa. Una muestra de las acciones que se tuvieron que poner en marcha de manera improvisada en aquellas fechas fue el uso del Parque Deportivo del Seguro Social como una morgue provisional, dado que los espacios diseñados para recibir los cuerpos de las víctimas estaban completamente saturados.
Además de su relevancia para el desarrollo del beisbol mexicano, el episodio en el que decenas de cuerpos fueron depositados al interior de este parque es una de las historias más conocidas del recinto. Al respecto, la escritora Elena Poniatowska reconstruyó tal escena en un pasaje de su libro Nada, nadie: las voces del temblor.
"Era como si estuvieras en el centro de un espectáculo, pero sin espectadores porque todas las gradas estaban vacías, el centro de la arena iluminado y los actores abajo, a la mitad del foro, muertos".
Según la narración de la periodista, los cadáveres estaban distribuidos en tres zonas distintas, las cuales se distinguían con los letreros "cuerpos identificados", "cuerpos no identificados" y "restos".

Durante los tres días posteriores al terremoto, al Parque del Seguro Social fueron trasladados más de 250 cuerpos, acorde con relatos periodísticos disponibles en la Hemeroteca Nacional.
A través de diversos testimonios se dio a conocer que durante varias jornadas desfilaron ciudadanos con la intención de encontrar a sus familiares en aquella pila de cuerpos, aunque muchas personas reconocieron haber acudido al inmueble únicamente por el morbo de ver los cadáveres.
Con el paso de los días, los cuerpos que no eran reclamados en el Parque del Seguro Social se inhumaban en la fosa común del Panteón de Dolores.
Las muertes de dos trabajadores de construcción en Parque Delta
Un par de sucesos trágicos menos recordados en la historia de Parque Delta están relacionados con las muertes de dos hombres que realizaban labores de construcción en la plaza comercial.
El primero ocurrió la mañana del viernes 21 de agosto de 2015, cuando colapsaron varias vigas de una estructura metálica que se utilizaba para los trabajos de ampliación de la plaza. El incidente causó lesiones leves en varios de los trabajadores, pero uno de ellos murió debido a la caída de una de las barras de acero.
Casi un año después, el 14 de julio de 2016, un hombre identificado como Francisco Onofre falleció luego de caer de varios metros de altura mientras participaba en las obras de remodelación de la plaza.
En aquel entonces, se detalló que la víctima no contaba con equipo de seguridad ni arneses que lo sujetaran a alguna superficie, por lo que sufrió un traumatismo craneoencefálico que le quitó la vida al instante en que se impactó contra el suelo.
BM.