Habitantes del municipio de Rosales, en Chihuahua, denunciaron los abusos de autoridad, daños, lesiones y violencia ejercida contra la población sin que la autoridad ponga alto a esta situación en que la ciudadanía se encuentra desprotegida.
El caso más reciente es el de Javier Trejo Flores, un agricultor de 52 años que fue detenido después de que sus hijos fueran encarcelados, pero el trato hacia él dista muy lejano a los protocolos oficiales.
”Llego yo a la barandilla a ver qué podíamos hacer; iba a hacer una llamada y me respondieron muy déspotas como son ellos. Cuando me retiré se me echaron encima; Beatriz me agarró del cuello casi ni podía hablar; también me agarró Marmolejo, me agarró del brazo; el otro me agarró de la reja, donde estaba agarrado de la reja y ahí en el video en cámara lenta se ve cómo me va doblando el brazo, cuando me lo dobla, me suelta la policía y ese policía, Jonathan, me avienta con la mano izquierda y cuando me voy contra la pared y es cuando me golpeo”, relató.
Todo inició cuando el 31 de octubre recién llegaron a una cantina. El hijo de Javier –del mismo nombre- discutió con su mujer y se retiró a su casa. Ella se quedó llorando y se percató una mujer policía, por lo que se acercó a ofrecer ayuda.
En más de tres veces, la nuera se negó a aceptar la ayuda y Carlos Enrique –el otro hijo de Javier– le dijo a la policía que no la hostigara si ya le había dicho que no. Acto seguido, pidió refuerzos y llega el elemento de nombre Jonathan agrediendo verbalmente al joven.
Le avisan a su hermano Javier que hay una discusión y que los policías “traen a fregazos” a su hermano Carlos Enrique y corre hacia la cantina.
Al llegar y tratar de defender a su hermano, los elementos proceden con el arresto, los esposan y se los llevan a la comandancia. Ahí mismo, Jonathan le da un par de cachetadas a Javier –el hijo– y un compañero preventivo le dice que se calme. pues es incorrecto lo que está haciendo.
“Tú no te metas hijo de tu pinche madre, porque también te doy”, contestó Jonathan.
Ahí es cuando llegó Javier papá y sucedió la agresión. Pero también fue arrestado junto con la nuera que grabó el video.
"Sentía que me quería desmayar, ahí se ve que no sé ni por dónde voy, me descontrolé completamente", recordó el agricultor.
A la mujer la soltaron después de una hora y 2 mil 800 pesos de multa y a los tres varones, hasta el día siguiente y por un cobro de mil 200 pesos, no sin antes con la amenaza del oficial Marmolejo -de lentes en el video-: "Si no estuvieran aquí, hijos de su pinche madre, ya los hubiera matado, cabrones”.
Al día siguiente, cuando Marcial Romualdo Márquez Gutiérrez, presidente municipal de Rosales, vio el video, se sorprendió y acordó con los agricultores devolver el video a la nuera y a Javier papá, no así a los muchachos.
Cuando Carlos Enrique y Johana, una nuera de Javier, acuden con Víctor Hugo Soto Flores, comandante de policía por el dinero, éste les pide que borren el video y se cerciora de ello antes de entregar el efectivo.
Secuelas
La tarde el 1 de noviembre, Javier empezó a sentirse mal, con la vista nublada, falta de concentración, dolor a la mitad de la cabeza y regresó con el alcalde quien ordenó al director de la Policía municipal hacerle estudios con cargo al erario público.
Márquez Gutiérrez también ordenó una limpieza del cuerpo preventivo en el municipio, aunque en días pasados cuando Javier y sus hijos se dirigían a la labor vieron a los mismos policías y hasta notaron cómo se burlaban de ellos.
"Mi vida ha cambiado completamente porque el sueño se me va completamente a las 3:30 de la mañana, me estoy despertando como a las 3:30 o 4 de la mañana, ahorita que estoy hablando me duele esto de aquí adentro, tengo unos dolorcitos que me dan, no sé realmente qué me haya pasado", apuntó Javier.
Aunque el agricultor y sus hijos dijeron no sentir miedo de nada, se sintieron amenazados y responsabilizan a los policías municipales que les amenazaron.
"Si nos llega a pasar algo a nosotros o a uno de nosotros, hago responsable a ese que nos amenazó a Marmolejo y también al otro porque son igual de aprovechados", señaló Javier.
No es la primera vez que sucede
La gente de Rosales sabe que no es la primera vez que ha sucedido y que cualquiera que viva ahí está expuesto a sufrir un ataque de la policía municipal.
Además de la intención por incrementar el impuesto predial, los habitantes de este municipio al sur de la capital, comparten sus inquietudes en las pláticas diarias y en las redes sociales que aglutinan pobladores de Rosales.
Además de la golpiza a Javier y sus hijos, durante el forcejeo, uno de los policías municipales tocó los senos de Belén Carrillo, amiga de los afectados y la mujer que se ve luchando con dos preventivos a la par del agricultor.
“El oficial que me agarró por enfrente, me agarró de aquí y me tocó mis senos, por eso lo aventé. Yo busqué para salirme por acá, y me agarró el otro, el que me agarró por detrás y ya les dije que yo no tengo nada que ver por qué me están agarrando, no saben ni cómo está el pedo y me están agarrando no más porque sí, ¿verdad?”, relató.
Hace apenas unos meses atrás, un joven que se encuentra viviendo en Estados Unidos, fue arrestado con tal brutalidad que le quebraron un brazo y varias costillas.
También hace un tiempo fue detenido un joven en una localidad conocía como el 99; bajaron un joven y lo dejaron mal herido por la golpiza que le propinaron.
Además, fueron a quebrar absolutamente todas las ventanas de la casa de una señora, que, por miedo a represalias, no ha denunciado.
Javier y sus hijos acusan a la “cuadrilla” de Jaime Araiza, policía municipal, de ser la operadora de estos abusos y convertirse en el medio de allegarse de recursos de los arrestados haciendo quedar mal a toda una corporación.
Notivox habló por teléfono con el presidente municipal, Marcial Márquez, la tarde del miércoles 08 de noviembre para solicitar la entrevista. La confirmó para las 11:30 horas del jueves 09 de noviembre. Sin embargo, dejó de contestar llamadas y mensajes y avisó a su secretario particular para que pactara una nueva cita en fecha posterior pues ”él se encuentra en un evento y no puede contestarle ni salir”, argumentó.
No denunció por la persuasión del MP
En estos días, Javier acudió a la Fiscalía General del Estado (FGE) con oficinas en el municipio de Meoqui. No interpuso la querella por la persuasión que hizo el agente del Ministerio Público y la negativa de éste a entregarle copias de lo que había escrito para formular la denuncia.
Primero le dijo insistentemente le amenazó que, de poner la denuncia a base de mentiras, él sería el castigado y otras formas para tratar de disuadirlo. “Siempre dándole salida a los policías y me dijo que ellos estaban en su derecho de hacer eso y le dije que había maneras”, recordó.
Les dijo que uno de sus hijos también había sido golpeado pero argumentaron que por el tiempo, ya no era posible entrevistarlo a menos que procediera su denuncia. “Ahí me di cuenta que estaba todo arreglado”, dijo Javier.
En contraparte, agradecen el trato recibido en la Comisión Estatal de Derechos Humanos (Cedh) pues fueron asesorados de manera correcta y entendible.
Piden a las autoridades, “del presidente municipal pa´rriba”, que pongan manos en el asunto, despidan a los malos elementos preventivos y no esperar a que haya una muerte por lamentar si siguen actuando de la misma manera.
DMZ