A la par de decomisos históricos de droga en altamar, la Secretaría de Marina (Semar) asegura cada vez más combustible destinado a las lanchas rápidas conocidas como go fast, que usa el narcotráfico para alargar la autonomía de las embarcaciones, lo que refleja un refuerzo para cerrar las rutas de trasiego marítimas.
El miércoles 10 de septiembre, la Marina aseguró más de 371 mil millones de pesos en cocaína frente a costas de Acapulco, Guerrero, con lo que se superaron las 48 toneladas de esa droga decomisada en el mar en la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Resaltan trabajos de inteligencia
El vocero de la Marina, Erik Caballero, explicó a MILENIO que este tipo de resultados son posibles gracias a la combinación de inteligencia, experiencia y cooperación internacional.
“Esto no es obra de la casualidad. Esto es producto del esfuerzo operativo permanente, de la información que se comparte, del conocimiento de las rutas marítimas y, como bien se ha referido en otras ocasiones, del seguimiento a embarcaciones y a los diferentes mecanismos que usan los grupos criminales”.
“En algunos casos, dejan los paquetes flotando y buscan su balizamiento o indicación para que después otra embarcación pase y los recoja. En esta ocasión, la Marina la detectó antes de que fuera recogida y fue asegurada”, resaltó.
Pero las afectaciones a los grupos criminales no sólo se dan en la droga decomisada, sino también en sus embarcaciones y el combustible que usan en sus rutas de altamar.
En los últimos tres ejercicios anuales, el volumen decomisado creció 70 por ciento. De 51 mil litros en 2022–2023, pasó a 61 mil 310 litros en 2023–2024 y alcanzó 86 mil 878 litros entre octubre de 2024 y agosto de 2025, un periodo todavía incompleto, pero que ya supera en lo incautado en todo el ciclo anterior.
El combustible es un insumo estratégico para operar lejos de costa, realizar transbordos en mar abierto o evadir por horas la interdicción militar, destacan mandos navales. La estrategia de la Marina apunta a cortar esa capacidad, retirar gasolina y motores, lo que obliga a las go fast a reducir sus rutas y aumenta las probabilidades de captura.
El repunte en el aseguramiento de combustible se acompaña de una actividad constante en el número de embarcaciones neutralizadas, en el periodo 2022–2023 fueron aseguradas 45 embarcaciones menores, un semisumergible y cinco buques.
En el lapso 2023–2024 la Armada incautó 50 embarcaciones menores y un semisumergible, mientras que en el periodo 2024–2025 ya suma 49 embarcaciones menores y un semisumergible.
Aunque las cifras de intercepciones se mantienen estables, la diferencia está en lo hallado a bordo: cada vez más litros de gasolina y más motores fuera de borda.
En 2023–2024 se aseguraron 114 motores, mientras que en el periodo 2024–2025 fueron 125, un aumento de casi 10 por ciento. Al quitar tanto combustible como motores, la Marina golpea directamente la capacidad de fuga y reabastecimiento de las células.
Carga ilícita
Entre 2022 y 2025, la Marina reporta fluctuaciones en los aseguramientos de cocaína de 41.5 toneladas en 2022–2023, 31.1 toneladas en 2023–2024, y un repunte a 44.8 toneladas en 2024–2025.
El último periodo ya supera en 7.9% al ciclo 2022–2023, con prácticamente el mismo número de embarcaciones neutralizadas.
En paralelo, las detenciones también crecieron: de 176 personas en 2023–2024 a 193 en 2024–2025, un aumento de 9.7 por ciento. En la lógica de los mandos navales, los bidones asegurados se han convertido en un indicador adelantado de la logística criminal.
El salto de 61 mil a casi 87 mil litros en menos de un año confirma, según Semar, que las operaciones de interdicción no solo buscan decomisar droga, sino también desarticular la cadena de suministros que sostiene la movilidad del trasiego.
El aseguramiento de combustible en altamar refleja también un entorno de presión creciente sobre las rutas del Pacífico y el Caribe, donde los cárteles ajustan sus operaciones para compensar los golpes de interdicción.
Detectan modus operandi de los traficantes de droga
El modus operandi de las rutas del narcotráfico por mar ha sido identificado de manera reiterada en los últimos años: grupos criminales dejan cargamentos en altamar marcados con dispositivos de localización para que otros equipos los recojan, minimizando el riesgo de perder embarcaciones en caso de ser detectadas.
Sin embargo, la vigilancia constante y el uso de tecnología han permitido a la Marina interceptar estas operaciones y neutralizar su avance.
La Secretaría de Marina recordó que, además del decomiso histórico frente a las costas de Acapulco, en la presente administración se han interceptado incluso semisumergibles en aguas del pacífico, embarcaciones construidas de manera clandestina para transportar grandes volúmenes de droga y evadir radares.
Estos dispositivos evidencian el grado de sofisticación de las organizaciones, pero también el nivel de coordinación y capacidad de respuesta de las fuerzas federales mexicanas.
Finalmente, Caballero refrendó el compromiso de la Marina con el pueblo de México y con la protección del Estado de derecho en los mares nacionales.
“Hoy por hoy la institución está más fuerte y dispuesta a servir al pueblo de México”.
RM