Alan Jackson, abogado del líder de la Iglesia de La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, aseguró que la reciente acusación federal por cargos relacionados con crimen organizado, financieros y tráfico de personas, contra su cliente forma parte de una campaña por parte del gobierno estadunidense y de privados.
Acusó que tanto el gobierno de Estados Unidos como la iniciativa privada buscan venganzas personales en contra de la Iglesia y de su liderazgo.

Señalan que los cargos no están sustentados
En un comunicado difundido por un vocero de la Iglesia, se lee que, según Jackson, que “el anuncio de hoy por parte del Departamento de Justicia de los Estados Unidos no es más que el último capítulo de una campaña imprudente de extralimitación gubernamental”.
"Los cargos revelados no se basan en la verdad, sino en las voces de un puñado de ex congregantes descontentos: individuos con cuentas pendientes, venganzas personales que perseguir y, en muchos casos, un beneficio económico que obtener a través de demandas civiles (…) Las amplias y sensacionalistas acusaciones expuestas en este comunicado de prensa no son más que alegaciones no probadas disfrazadas con un lenguaje incendiario”.
Cabe señalar que el abogado también representa a Joaquín en el caso federal por producción y posesión de pornografía infantil y el caso estatal por abuso de menores.
Según el representante legal, el gobierno estadunidense ha permitido ser usado como una herramienta en la persecución contra su cliente al escuchar víctimas con agendas evidentes, personas que, según Jackson, buscan titulares en medios, dinero y una venganza.
“Durante décadas, La Luz del Mundo ha sido una comunidad de fe global y próspera, dedicada al servicio, la caridad y la devoción. Precisamente por el crecimiento de la Iglesia y su negativa a ceder ante presiones políticas o culturales, se ha convertido en blanco de ataques”.
“La acusación del DOJ tiene menos que ver con la justicia y más con silenciar a una institución religiosa que ciertos actores poderosos no entienden ni aceptan”, agregó el abogado de Joaquín.
Acusa que buscan juzgar a su cliente antes de presentar pruebas
Por otro lado, el abogado aseguró que hay una narrativa exagerada de los señalamientos que buscan juzgar al mexicano incluso antes de que un jurado escuche las pruebas, lo que señaló como una acusación en un comunicado de prensa.
Lo cierto es que, para el primer caso federal, ningún jurado escuchó los testimonios de las víctimas ni vio las pruebas en contra del líder religioso, ya que la defensa de Joaquín, encabezada por Jackson, negoció un acuerdo de culpabilidad.
En el que aceptó haber abusado de dos menores de edad mientras estaba al frente de La Luz del Mundo. Por eso, Joaquín fue sentenciado a casi 17 años en prisión.
El reciente caso federal es el segundo presentado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, ya que el primero fue abierto en la Corte de Distrito del Centro de California, por posesión y producción de pornografía infantil.
El caso reciente, y por el que Joaquín García, fue tomado bajo custodia de las autoridades federales en la prisión de Chino, California.
Incluye, además, a su madre Eva García de Joaquín; a su sobrino, Joram Núñez Joaquín; el apoderado legal de la iglesia en México, Silem García Peña; y dos operadoras de tráfico sexual, Rosa Sosa y Azalea Rangel Meléndez.
Los cargos señalan que el mexicano dirigió una empresa criminal con la que abusó de niñas, niños y mujeres utilizando la fe como herramienta para obligar a sus víctimas a tener relaciones sexuales.
Además, que se enriqueció a costa de los diezmos de los fieles De la Iglesia y que incluso estableció un esquema de lavado de dinero y tráfico de efectivo entre países para costearse una vida de lujos.
Finalmente, sobre el tema, el abogado de Joaquín aseguró que se evidenciará que los cargos no tienen ningún fundamento y no permitirá que la justicia se utilice contra una comunidad religiosa o de la fe.
“Negamos categóricamente estos cargos. Rechazamos el grotesco retrato pintado por el gobierno y sus aliados. Y recordamos al público: en este país, todo acusado se presume inocente hasta que se demuestre su culpabilidad más allá de toda duda razonable”.
“Ese principio no puede erosionarse simplemente porque el gobierno decida difamar a una iglesia y a sus líderes con acusaciones que no puede probar. La defensa dejará en evidencia estos cargos por lo que son: desesperados, infundados y motivados por intereses ocultos”, concluyó Jackson.
RM