La tarde del 12 de diciembre de 2012, Eduardo 'V' tomó un taxi en el municipio de Temixco, en Morelos. Con una gran apuración le pidió al conductor que lo llevara a la Ciudad de México y, tras dos horas de viaje, abandonó el vehículo. Su prisa por escabullirse no era casualidad: acababa de matar a su ex novia, Karen Huicochea, de 17 años.
Ana Luisa Garduño, madre de la joven, supo desde el principio que el muchacho había estado involucrado en el crimen, por lo que emprendió una lucha en busca de justicia. Poco más de nueve años después, fue asesinada.
Durante su etapa como activista, Garduño denunció públicamente la incompetencia de las autoridades para investigar el feminicidio de su hija. Además, su homicidio se enmarcó en una oleada de violencia contra personas defensoras de derechos humanos. ¿Cómo se desarrolló el caso? En MILENIO te contamos.
La muerte llegó antes que la justicia
La noche del 27 de enero de 2022, Ana Luisa Garduño se encontraba en un bar de Temixco, nombrado Apolo XI, del cual era propietaria.
Alrededor de las 23:30 horas de aquel jueves, varios sujetos despojaron de sus propiedades a una persona en las inmediaciones del negocio y, posteriormente, entraron para asesinar a la dueña, según testimonios compartidos en la prensa local.
La Coordinación Estatal para la Construcción de Paz confirmó que al momento en que los paramédicos llegaron al sitio, Ana Luisa ya no contaba con signos vitales. Aunque las primeras versiones apuntaba a una posible riña dentro del bar, esa posibilidad se descartó con prontitud.
Más de una semana después, la Fiscalía de Morelos reconoció que había tres principales líneas de investigación por el crimen. La primera era un probable robo con violencia; la segunda era un posible ataque por parte de la persona que asesinó a su hija en 2012; y la tercera era una represalia por su labor como defensora de derechos humanos.
Aunque la institución morelense no brindó más detalles al respecto, el gobierno federal precisó, meses después, que el asesinato de Ana Luisa había sido un ataque directo.
Durante la última década de su vida, las actividades de Ana Luisa Garduño giraron en torno a la búsqueda de justicia por el feminicidio de Karen. Para evitar que las autoridades se burlaran y aprovecharan de su familia, decidió convertirse en abogada.
En la versión de su currículum actualizada hasta 2021 se establece que cursó una maestría en Derecho Penal en la Universidad de Ciencias Jurídicas A.C. De igual forma, realizó labores de acompañamiento y asesoría en el Frente de Víctimas de Morelos, desempeñó actividades administrativas en el Congreso estatal y trabajó, entre 2016 y 2021, como técnico profesional en la Fiscalía.
Una de las huellas más visibles de su trayectoria como activista fue la creación de Ana Karen Vive A.C., un colectivo dedicado a acompañar a familias de víctimas de feminicidio y desaparición.
Los sueños frustrados de Karen Huicochea
Karen nació el 18 de abril de 1995. Le apasionaba la idea de estudiar Ciencias de la Comunicación y también quería formarse como abogada para combatir las injusticias.Al asesinarla, Eduardo 'V' no sólo le arrebató la oportunidad de seguir sus sueños, sino que le quitó al mundo a "una niña excepcional, muy armoniosa y muy buena amiga", en palabras de su madre.
El crimen que orilló a Ana Luisa a convertirse en activista
La tarde del 12 de diciembre de 2012, Ana Luisa recibió dos mensajes que desataron una profunda preocupación en ella. En ellos, su hija pedía auxilio debido a que su ex novio, Eduardo 'V', estaba afuera de su domicilio.
Karen y Eduardo se conocieron a través de un videojuego en internet. Aunque él vivía en Jalisco y era varios años mayor, iniciaron una relación a distancia. Eventualmente, el muchacho comenzó a visitar a la menor en su casa y, según testimonios de la familia, al principio no manifestó ningún comportamiento que los alertara.
Después de año y medio, Karen decidió terminar la relación al darse cuenta de que Eduardo 'V' había hackeado sus cuentas de redes sociales y de correo electrónico. Presuntamente, había estudiado una ingeniería en Sistemas Computacionales, lo que le facilitó intervenir los perfiles de la joven.

Ante la insistencia de él para que reanudaran su noviazgo, Karen pidió el apoyo de su familia. Pocos días antes del feminicidio, Eduardo 'V' se presentó a la casa y Ana Luisa lo confrontó para exigirle que dejara en paz a su hija. El sujeto, supuestamente, había accedido y manifestó que volvería a su estado de residencia, pero Ana Luisa se enteró poco después que él seguía en Morelos, acechando a Karen.
Con la intención de evitar alguna situación de riesgo, la familia se trasladó a otro domicilio, cuya ubicación era desconocida para Eduardo 'V'. No obstante, en circunstancias desconocidas, él la encontró.
Al ver los mensajes en los que Karen pedía auxilio, Ana Luisa salió de su trabajo y se dirigió al inmueble. Al llegar se dio cuenta de que la puerta estaba abierta y la menor yacía en el suelo, sobre un charco de sangre. Minutos más tarde, los agentes policiales confirmaron que había recibido tres disparos: uno en el rostro, otro en el tórax y uno más en el abdomen.
Dos feminicidios, ambos impunes
De inmediato, Ana Luisa y su familia le proporcionaron a la Agencia del Ministerio Público información relevante sobre el sospechoso, incluido el dato sobre su residencia en Guadalajara, Jalisco.
Pese a ello, según una investigación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), no fue sino hasta el 26 de diciembre, dos semanas después, que el agente a cargo solicitó el apoyo de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) jalisciense.
Las primeras visitas que los oficiales de Morelos realizaron al domicilio de Eduardo 'V' ocurrieron el 2 de enero de 2013; 15 días más tarde, se pidió la colaboración de la Procuraduría del Estado de México.
"Las autoridades encargadas de la investigación no actuaron de manera inmediata, lo cual, de haber ocurrido, hubera permitido tener una mayor probabilidad de ejecutar la orden de aprehensión librada contra el probable responsable", puede leerse en la recomendación de la CNDH.
Declaraciones del abogado de la familia exhibieron que, en algún momento, el personal de la Procuraduría de Morelos incluso le solicitó dinero a Ana Luisa y su esposo, Martín Huicochea, para viajar a Jalisco, con el argumento de que la institución no contaba con los recursos suficientes.
En una carta firmada en enero de 2013 por el entonces secretario de Gobierno de Morelos, Jorge Vicente Messeguer Guillén, se estableció que "la detención del responsable se hará de manera inmediata en el momento en que sea localizado". Sin embargo, esto nunca ocurrió.
El feminicidio de Karen Huicochea generó una gran indignación a nivel nacional; el de Ana Luisa Garduño incluso atrajo la atención del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU DH). Ninguno de los crímenes se ha esclarecido.
BM.