En 1934 Carlos Gardel y Alfredo Le Pera compusieron “Volver” y la gente sigue cantando: sentir que es un soplo la vida, que 20 años no es nada… yo culpo a la relatividad y no al paso de tiempo para decir que no es cierto: en tiempos de covid, ya no 20, solo dos años ¡son muchos! Y lo acabo de comprobar: igual que en 2020, en junio de 2022 me contagié. De esa experiencia, muy distinta la una de la otra, quiero contarles hoy.
Hace dos años la incertidumbre y el miedo acompañaban el diagnóstico positivo de covid-19; aún se discutía cuál era el tratamiento más apropiado para evitar complicaciones y hospitalizaciones; y en el sector salud nuestra lucha era porque nadie que lo necesitara se quedara sin una cama o un ventilador mecánico. Hace dos años no había vacuna.
Hace dos años me contagié por primera vez y lo primero que me angustió fue poner en riesgo a mi familia, a mi esposa Marifer y a mis hijos Julia y Camilo. Confiamos en las recomendaciones médicas y en las medidas para evitar una mayor propagación. Aquella vez los contagié a todos y por fortuna sus síntomas fueron leves y salimos bien librados. Recuerdo que aquel alto en el camino me permitió asomarme a la discusión pública en uno de los peores momentos. El filósofo Slavoj Žižek lo describió así: La propagación de la epidemia también ha desencadenado grandes epidemias de virus ideológicos que estaban latentes en nuestras sociedades: noticias falsas, teorías de conspiración paranoicas, explosiones de racismo. Quiero pensar que esos fenómenos han quedado atrás. Que maduramos.
Hoy el sol brilla distinto. Dentro de los mensajes solidarios que recibí, uno de un amigo de San Cristóbal me pareció muy original: Qué alegría que tienes covid en un país que el día de hoy tiene toda disponibilidad de camas y abasto vasto de vacunas de todas las farmacéuticas en todos los rincones del país… Y es cierto.
La vacunación contra covid-19 en México se encuentra por arriba de 86 por ciento y en la población mayor a 18 años alcanza 92 por ciento. El operativo Correcaminos fue un éxito. En cuanto a hospitalizaciones, de las 792 camas con las que hoy cuenta el IMSS para atender contagios, 75 por ciento están desocupadas. No nos confiamos, la pandemia sigue y hay que estar siempre preparados.
A pesar de esa brecha, hay cosas que permanecen constantes, inmóviles: Una de ellas, el reencuentro con nuestra vulnerabilidad humana. Sobre esta condición, la maestra María de la Luz Casas Martínez, del Centro Interdisciplinario de Bioética de la Universidad Panamericana, ha escrito: La sociedad actual, hedonista y autónoma extrema, ha tratado de olvidarse de este aspecto, que la incomoda, pero que no puede ser ignorado bajo esta terrible crisis.
De esa vulnerabilidad compartida puede surgir una idea: la de construir una sociedad que se actualiza en sus formas de solidaridad y cooperación global, o lo que el presidente López Obrador ha llamado fraternidad universal. En mi primer contagio anhelaba recuperarme para seguir en la batalla contra la pandemia, esta vez mi ansia es por continuar en la construcción de un sistema que garantice nuestros derechos, ya no como ciudadanos de un Estado, sino nuestros derechos como especie.
Mientras escribo: la Jornada Nacional de Reclutamiento y Contratación de Médicos Especialistas continúa. El 9 y 10 se instalaron 40 mesas receptoras de documentos en todo el país y 4 mil 494 médicos especialistas fueron acreditados para la siguiente etapa del proceso. Enhorabuena.
Zoé Robledo
@zoerobledo