Cultura

Por X causa

Una letra recorre este país: la enigmática equis. Tal vez la más versátil o ambigua de las letras, pues su significado puede ser cualquiera, especialmente en el mundo algebraico, donde no sólo es un valor variable sino a menudo el símbolo de una incógnita. Con la equis elegimos entre varias opciones, y llegado el momento entre candidaturas. Hoy que sus críticos espeluznados se refieren a Xóchitl Gálvez, precandidata de la oposición a la Presidencia de la República, como “Señora X”, cabría preguntarse para quién trabajan y por qué han decidido convertirse en sus grandes publicistas.

Me jacto de saber un par de cosas sobre el peso específico de la letra en cuestión. Esto de que tu nombre comience con equis tiene una larga lista de asegunes, empezando por la pronunciación, y quizá sea por eso que termina por empujarte a la coquetería. Si alguien ha de apuntar tu nombre de pila, sueles adelantarte señalando que se escribe con equis, y no pocas personas dan por hecho que tal mamonería te la inventaste a solas. Otros, no sin razón, suponen que por eso te sientes especial. ¿Pero quién no se siente a su modo especial, aun por los motivos más ridículos? Alguna vez leí cierto texto satírico donde se aseguraba que mi nombre es el mismo con jota que con equis, pero el segundo caso delata una vibrante vocación de vedette.

Te toca dar la cara por aquella vedette, y en su caso pelear por defenderla, al menos si no quieres que la cruz de tu nombre termine siendo símbolo de tu insignificancia. Porque al final la equis sirve lo mismo para destacarse que para evaporarse, y en esta confusión no falta quien termine enalteciendo lo que se había propuesto denostar. Quienes hoy hablan de la “Señora Equis” pretenden señalarla como una pobre diabla y es claro que le temen como al demonio mismo.

Xóchitl Gálvez, precandidata de la oposición a la Presidencia. Juan Carlos Bautista
Xóchitl Gálvez, precandidata de la oposición a la Presidencia. Juan Carlos Bautista

Paranoias aparte, la equis suele ser rica en sex appeal. Pocos pasan de largo frente a un producto que se anuncia con varias equis juntas, ya sea éste cerveza o materia galante. ¿Quién no quisiera promover una opción en tal modo atractiva y familiar que se identificara fácilmente con no más que una letra voluptuosa y simétrica? ¿Cómo entender que los otrora impulsores del chusco y enigmático ya-sabes-quién cuelguen a su adversaria la providencial Equis como sambenito? ¿Qué campaña política no parece atractiva con la equis del voto por delante, en el país de la equis intermedia? Yo en el lugar de Xóchitl le quedaría inmensamente agradecido a quienquiera que reemplazara mi melodioso nombre por esa equis de por sí conspicua. Pensaría, de paso, que les pudre la envidia.

“¿Con equis o con jota?”, preguntó Octavio Paz cuando me tocó el turno de recibir su firma en mi ejemplar de Libertad bajo palabra. Aclarada la duda, mientras lo dedicaba comentó: “Con equis, claro, como es en México”. No volví a hablar con él, pero desde ese día tuve respuesta digna para quienes dudaban de la equis mi nombre: “Pregúntaselo a Paz”. Luego uno se acomoda, se acostumbra y termina firmando con esa pura letra la mayoría de sus mensajes, asumiendo con dudosa razón que los destinatarios no conocen a otro con la misma inicial.

En términos estrictamente publicitarios, se le llama me too al producto que imita las ventajas de la marca líder para ofrecer “lo mismo”, aunque no sea igual. Ahora que los prospectos gobiernistas carecen de la libertad elemental para diferenciarse u ofrecer algo más que un “yo también”, la presencia de una opción novedosa e independiente, de la que todos hablan, incluso y sobre todo quienes la denuestan, explica en buena parte sus desatinos. Porque esa equis excéntrica y a medias pronunciable contiene la simpleza candorosa de la calamidad que en un descuido se hace torbellino. Y porque la mujer y su inicial son lo bastante humildes, y al propio tiempo lo bastante protagónicas, para armar una causa memorable y dar cuerpo al terror de tantos y tan duros malquerientes.

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Xavier Velasco
  • Xavier Velasco
  • Narrador, cronista, ensayista y guionista. Realizó estudios de Literatura y de Ciencias Políticas, en la Universidad Iberoamericana. Premio Alfaguara de Novela 2003 por Diablo guardián. / Escribe todos los sábados su columna Pronóstico del Clímax.
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