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Sí, fue hace ya medio siglo cuando un estudiante de tercer año de secundaria supo lo que era la envidia en su máxima expresión al percatarse de que un compañero de su hermano, dos años mayor que él y por tanto ya en preparatoria, tenía el álbum de cuatro discos Chicago at Carnegie Hall lo hizo sentir miserable. En esos tiempos, conseguir discos importados para un estudiante que no estudiaba era una misión casi imposible: primero, por los precios exorbitantes, y después, porque eran pocas las tiendas que los traían, sobre todo si existía la edición nacional. En el caso de los discos de Chicago, aunque en Estados Unidos eran dobles, aquí los editaban como sencillos: es decir: sin rubor pasaban a cuchillo el 50 por ciento de la propuesta.

Cometieron, además, otro sacrilegio: editaron un álbum llamado Chicago IV, pero con la portada de Chicago at Carnegie Hall. En lugar de la sesión en vivo que uno hubiera esperado, se trataba de una antología de los tres primeros discos, por lo que no suponía ninguna novedad.

Tratar de escuchar la sesión en el Carnegie Hall era casi como buscar el premio de consolación, porque ni pensar en que el grupo viniera a México, ya que tras el Festival de Avándaro el rock había sido satanizado. Por fortuna, el poseedor de Chicago at Carnegie Hall, a quien apodaban El Cachuchas (perdona si no recuerdo tu nombre), tuvo el gesto generoso de hacernos escuchar a varios afortunados los cuatro discos, lo que constituyó una revelación que nos permitió imaginar cómo sonaría la banda en vivo. Y aunque la grabación era deficiente, nos sentíamos cerca del paraíso con la propuesta del grupo que mezclaba el rock con el pop, el jazz y hasta música experimental.

Para celebrar los 50 años, la compañía Rhino ha editado Chicago at Carnegie Hall Complete, lo que se traduce en 16 discos que recogen los ocho conciertos de la banda en el emblemático recinto. El trompetista Lee Loughnane revisó los materiales contenidos en 40 cintas, que dieron como resultado 240 canciones que, por supuesto, muestran diversas versiones de sus grandes éxitos. El precio es exorbitante, además de que al leer la única reseña que ha aparecido en Amazon da mucho qué pensar: “Por favor, por favor, por favor. Ahorren su dinero. Sí, los conciertos originales en el Carnegie Hall fueron pobremente grabados, sin duda. Pero este relanzamiento de 16 discos es una abominación. Suena como si alguien hubiera tirado una cobija de distorsión sobre las bocinas”.

Voy a ver si encuentro al Cachucas.

Coda

Es bueno saber que está ahí

¿Comprar o no comprar Chicago at Carnegie Hall Complete? Esa es la cuestión, aunque la curiosidad podría matar a la tarjeta. Según Hal Horowitz el sonido ha mejorado, ¿será?, pero como él mismo escribe: “Para parafrasear un viejo eslogan del New York Times: puede que no lo necesites todo, pero es bueno saber que está ahí”.

Xavier Quirarte


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Xavier Quirarte
  • Xavier Quirarte
  • [email protected]
  • Es autor de Ensayos de jazz y literatura (Editorial Doble A), es coautor de Por amor al sax y John Coltrane. Periodista especializado en jazz, rock y música contemporánea, sus textos han aparecido en los periódicos El Nacional, La Crónica y Milenio, y en revistas como Casa del Tiempo, Rock y Pop, Sólo Jazz & Blues, Círculo Mixup, La Mosca en la Pared, Cine Premier, Dos Filos, Sacbé y otras
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