El presidente del Consejo de Administración del Parque Fundidora, Artemio Garza Rodríguez, debe muchas explicaciones y no las da.
Hasta ahora, cada que se cuestiona su gestión, la respuesta es insuficiente y evasiva. Así fue cuando declaró en quiebra el parque y hasta acudió al Congreso de Nuevo León para pedir una partida especial, asegurando que la pandemia y la no realización de eventos provocaron un déficit. Al momento en que le fue solicitado hacer públicos los contratos y los montos recibidos por Fundidora, dijo no tenerlos y que además es información confidencial.
El año pasado también surgió otra interrogante, cuando vaciaron el canal del Paseo Santa Lucía bajo el compromiso de limpiarlo y volverlo a dejar en condiciones óptimas. Los meses pasaron y un año y medio después asegura que el agua de ese lugar, que en otro tiempo era digno de presumirse al turismo, ahora será color verde. Al ser cuestionado, con evasivas asegura que el agua nunca debió ser cristalina.
Pero, más allá de ambos capítulos, la gestión de Artemio Garza raya en el fracaso al hablar del parque La Pastora, donde apenas en enero murieron dos canguros atacados por una jauría, y tampoco hubo una investigación completa y explicación creíble. Desde entonces comenzó un estudio a fondo impulsado por legisladores y activistas con un resultado terrible.
La Pastora lleva muchos años en caída, perdió actualidad y funcionalidad, pese a que en 2019 se le invirtieron recursos y a que el mismo Artemio Garza recibió en sus manos la responsabilidad de arreglar las cosas, hoy los parques van muy mal.
Un estudio de especialistas revela las pésimas condiciones en que está el parque y con crudeza demuestra de manera contundente que el parque le importa nada a quienes deben protegerlo, defenderlo.
Para que la cosa cambie hace falta más que voluntad y millones de pesos.
El estudio propone, entre otras cosas, una vinculación con universidades para que se convierta en un semillero de especialistas; cambiar a todo el cuerpo veterinario salvo dos excepciones, contratando nuevo personal no sindicalizado para no estar limitados por horarios o logros sindicales. Además darle proyección nacional e internacional como destino turístico de resguardo y rescate de especies nativas, entre otras medidas.
De no ser así habrán de verlo morir en poco tiempo.
Víctor Martínez