A pesar de que la Ministra Yazmín Esquivel Mossa y una serie de aliados en los que se encuentra el mismo Presidente de la República, han emprendido una intensa campaña de defensa, lo cierto es que los argumentos presentados han sido tan pobres, que no han convencido a nadie, de hecho, ya no existe duda de que la Ministra cometió plagio y el problema apunta para crecer, en lugar de aminorar.
Ante la contundente evidencia de plagio, la Ministra buscó a cuanto asesor y sinodal de tesis había tenido en su carrera académica, para que expidieran a su favor sendas cartas señalando que sus investigaciones eran de calidad, sin embargo, esas cartas no son pruebas para desestimar el plagio, por el contrario, su directora de tesis, ahora es acusada de estar detrás de una red de plagio institucionalizada, porque además de la original y la tesis plagiada de la Ministra, se han encontrado al menos 2 tesis más que son casi idénticas en nombre, índice y contenido.

Una vez que vieron que la vía de las cartas académicas no estaba teniendo eco, algunos periodistas oficialistas comenzaron a atacar a Guillermo Sheridan, autor de la nota que reveló el plagio y a poner en duda la carrera de la persona a la que plagiaron la tesis, arguyendo que no ha aparecido y que tiene dos acusaciones por violencia sexual.
Pero incluso si Sheridan o Édgar Báez fueran las peores personas, no quiere decir que el primero no esté diciendo la verdad y que al segundo no lo plagiaron.
Andrés Manuel López Obrador optó por la estrategia de minimizar, es decir, señalar que para él no era tan grave y que Sheridan había cometido peores faltas.
Pero lo realmente absurdo son las teorías que dicen que el sitio de la UNAM fue hackeado para incriminar a la Ministra.
Lo cierto es que con ese nivel argumentativo no sólo no han despejado dudas, sino abrieron más y lejos de quitarle presión a Yazmín Esquivel, es claro que no será Presidenta de la SCJN y puede incluso perder su cargo si esto sigue escalando.
@victorsanval