A pesar de su tamaño y su presencia internacional, el Cártel de Sinaloa dejó de ser la organización dominante en México, sigue como una de las dos con más poder, pero desde hace algunos años enfrenta una fiera competencia del Cártel Jalisco Nueva Generación, pero además, desde la extradición de Joaquín Guzmán Loera, alias el Chapo, el liderazgo de la organización se rompió en dos facciones, una encabezada por los propios hijos del Chapo y la otra por Ismael Zambada, alias el Mayo.
Ante este escenario de riesgo interno y externo del Cártel de Sinaloa, cabe preguntarse sobre su futuro a la luz del arresto de Ovidio Guzmán, uno de sus líderes más visibles.
Para lo cual no existen escenarios ciertos, sino diversas hipótesis que se pueden desencadenar, las cuales dependen en gran medida de los movimientos que hagan en los próximos días, Nemesio Oseguera, alias el Mencho, líder del CJNG; el Mayo Zambada y el Gobierno de la República.
Por ejemplo, el arresto de Ovidio puede significar el fin de una coexistencia civilizada entre el Cártel de Sinaloa y el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y el inicio de un proceso de persecución de los líderes de esta organización, o bien, un traspiés que les dará más tiempo a los hermanos de Ovidio, Alfredo e Iván Archivaldo para reestructurar su liderazgo.
También puede ser la ocasión para que el Mayo Zambada intente arrebatar a los Chapitos el control total del Cártel de Sinaloa o que el Mencho busque incursionar en los territorios de los Chapitos, para expandir la influencia del CJNG.
O bien, el arresto de Ovidio podría no tener consecuencias mayores y dejar a la organización en una posición muy similar a la que actualmente tiene.
Lo cierto es que en las siguientes semanas habrá mucha incertidumbre y el Gobierno Federal y varios estados deben estar preparados para cualquier escenario que se presente, porque la violencia puede detonarse en varias partes del país.
@victorsanval