Nada justifica el asesinato de 20 personas, entre ellas el Alcalde y su padre en San Miguel Totolapan Guerrero, por parte del crimen organizado.
Pero desde hace años reportes de inteligencia de la SEDENA consignaban la infiltración del grupo los tequileros en la política local de dicho municipio, ya que los mismos habían financiado las campañas de al menos dos ex alcaldes Juan Mendoza Acosta y Saúl Beltrán Orozco, el primero de ellos el padre del Alcalde asesinado y que también perdió la vida.
Es decir, San Miguel Totolapan es la crónica de un desastre anunciado, porque un grupo criminal contralaba la Alcaldía desde hace años, los Tequileros, los cuales habían ido perdiendo fuerza desde 2018, en que presuntamente fue asesinado su líder y un grupo rival la Familia Michoacana, dirigida por los hermanos Hurtado Olascoaga, habían ganado fuerza y buscaban hacerse del control del municipio.
La principal hipótesis de los hechos hasta el momento, es que el Alcalde y su padre habían dado entrada a la Familia Michoacana y la espalda a los Tequileros, de forma que cambiaron de bando criminal y en venganza los Tequileros organizaron un ataque en el momento en que José Alfredo Hurtado Olascoaga se iba a reunir con ellos.
Se trata por tanto de una historia en donde la corrupción mata, porque políticos se corrompieron por miedo o por ambición, entregaron su municipio al crimen y ello generó violencia y al final sus actos propiciaron su propia muerte y las de otras 18 personas, demostrando que cuando se pacta con el narco, tarde o temprano se asumen los costos.
Pero como se mencionaba los costos no solo fueron asumidos por los responsables de corromperse, sino también por personas inocentes, incluida la ciudadanía que por años han tenido que aguantar los excesos de grupos como los Tequileros y la Familia Michoacana.
Por ende, si queremos que estos actos no se repitan bien haría el Gobierno Federal y el Gobierno de Guerrero en poner atención en otros municipios con contextos similares.
@victorsanval
