Este día los tamaulipecos acudimos a las urnas para entregar nuestra confianza a la persona que presuntamente tiene las mejores intenciones para gobernar la entidad, garantizar la seguridad de nuestras familias y sobre todo lograr mejores condiciones de bienestar.
A lo largo y ancho de la entidad los tamaulipecos tienen, no solamente la oportunidad, sino el compromiso, de elegir una opción honesta, comprometida con la sociedad y cuya visión de trabajo sea viable y factible.
Atrás queda una campaña desarrollada en un entorno enrarecido por acusaciones y señalamientos de injerencias gubernamentales y fuerzas operativas al margen de la ley.
Lo anterior debe servir a los votantes para formarse un criterio más amplio para la toma de una decisión al momento de sufragar y ejercer su derecho de una forma consciente y conveniente a los intereses ciudadanos.
Votar inteligentemente y en base a las emociones por lo general son dos conceptos diametralmente opuestos, sin embargo en estas elecciones pueden estar más entrelazados que nunca.
A diferencia de pasadas elecciones en las que solamente había un ganador, hasta la llegada de una alternancia positiva para unos y negativa para otros, hoy el sistema democrático nos brinda tres opciones que por unos minutos volverán a estar por última ocasión bajo decisión de los votantes.
"Para qué votar?" la pregunta recurrente en cada elección y la respuesta inmediata "después no te quejes", lo importante y necesario es acudir a cumplir con la obligación ciudadana, solamente así se derrota al abstencionismo.
Hoy los tamaulipecos tenemos ante nosotros la gran oportunidad de tener una fiesta democrática y ciudadana.
Salgamos a votar con el corazón, pensando en la familia, los amigos, vecinos, en cada colonia, en nuestros municipios, en Tamaulipas, imaginando un mejor lugar para vivir, no solamente en un presente, sino también en un futuro lleno de esperanza.
