Como si se tratara de una adaptación de la famosa pregunta, “¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?”, ahora el cuestionamiento es “¿Ataque de un cocodrilo o la invasión a su hábitat?”. En días pasados y desde hace varios años se presenta una discusión sobre la presencia de los saurios en la zona sur del estado, en particular en la laguna del Carpintero y sus zonas aledañas.
La coexistencia entre este tipo de especímenes y las personas es un hecho ineludible, tanto que ahora son considerados como parte del atractivo turístico, siempre y cuando no se le ocurra a algún valiente invadir su territorio y sufrir las consecuencias de tan osada acción porque son considerados una amenaza.
Independientemente si las personas actúan de manera irresponsable, o tienen algún padecimiento o lo hacen por necesidad, en el caso de los pescadores, lo cierto es que no ha sido suficiente la instalación de una malla para contener la movilidad de las dos especies de animales, las autoridades, otra vez, de los tres niveles de gobierno han sido quedado rebasadas.
El tema de los saurios tiene años y hasta la fecha es difícil entender por qué no se han llevado a cabo acciones determinantes para solucionarlo, falta de voluntad o de capacidad pueden ser algunas de las respuestas, pero han pasado administraciones y poco o nada se ha hecho.
Un primer paso puede ser la creación de un grupo interinstitucional de vigilancia y respuesta que atienda de una forma definitiva el tema de los cocodrilos como algo conurbado, en donde además de los gobierno locales, tengan participación las autoridades federales y estatales, que aporten recursos económicos y humanos.
Además efectuar una supervisión preventiva y permanente en los alrededores de la laguna del Carpintero y aplicar sanciones administrativas para aquellas personas que no respeten el cercado de confinamiento.
“Esta laguna es un modelo para el resto del mundo, de cómo los seres humanos podemos convivir en estrecha armonía con grandes animales salvajes”, con esta frase Steve Irwin, termina el programada dedicado a su visita a la laguna del Carpintero, digna de ser tomada en cuenta.