En unos cuantos días los tamaulipecos vamos a vivir un nuevo proceso electoral para elegir al Gobernador del estado, esto en un ambiente polarizado y en donde cada uno de los actores políticos manejan su propia verdad en cuanto la presunta ventaja uno sobre otro, al final todos van ganando en las preferencias electorales.
Los números fríos y certeros nos presentan radiografías de las tendencias por parte de la ciudadanía en relación a los aspirantes a gobernar la entidad tamaulipeca y se podría escribir y escribir sobre un respaldo profesional de las empresas encuestadoras, sobre todo cuando algunas indican que la zona sur del estado es gobernada por tres de los mejores alcaldes del país, muy afortunados los ciudadanos de Altamira, Ciudad Madero y Tampico.
¿Existe la verdad absoluta?, para quienes la poseen si, ellos tienes sus datos y sus mediciones, el gran inconveniente es convencer al resto de la comunidad de ser ellos la mejor opción y la más necesaria para atender las demandas y carencias del norte, centro y sur y el resto de las regiones, sumidas en problemas como la inseguridad, falta de agua, movilidad, salud pública, por mencionar algunos lastres de la administración pública actual.
Noticias de espías rusos, arte culinario, peleas legislativas, inflación creciente, más lo acumulado en los días siguientes, son algunos de los hechos a sortear por los candidatos para que su trabajo penetre en un electorado cada más indiferente y distante de la política, en donde además los jóvenes, se espera, sean un factor para inclinar la balanza hacia la victoria.
Las elecciones próximas, al menos en teoría, tendrán como ganador a la persona encargada de mejorar el nivel de vida de los tamaulipecos, con la esperanza de una verdad absoluta compartida de manera colectiva en todos los sentidos y no en beneficio de unos cuantos.
La realidad actual de los tamaulipecos es de una afrenta social y gobiernos distantes, un escenario opuesto diametralmente al día a día de gobernadores y políticos, la oportunidad está ahí, esperando ser aprovechada, no a base de estrategias simplonas o de trucos baratos, es indispensable cumplir las expectativas.
