Más allá de la decisión tomada por el Tribunal Electoral del estado de Tamaulipas (Trieltam), que ordena al Congreso del Estado restituir la Junta de Coordinación Política (Jucopo) a la fracción parlamentaria del Partido Acción Nacional, lo más importante es que, de una vez por todas, las y los legisladores dejen a un lado el encono, sus intereses partidistas y personales, para comenzar a cumplir su encomienda ciudadana.
Han sido meses en donde los resultados del trabajo legislativo ha sido escaso o nulo; las iniciativas han pasado a un segundo orden de importancia ante la lucha por el poder entre las bancadas de Acción Nacional y Morena, mientras que los priistas y el representante de Movimiento Ciudadano se alinean al ritmo que les indiquen.
En teoría, la función principal del Congreso es la generación de leyes que bajo su aplicación se logre un desarrollo armónico de la ciudadanía y el bien común.
Sin embargo, el recinto legislativo se convirtió en una zona de guerra, cuyos responsables se encuentran más allá de los muros de la Cámara de Diputados.
Para nadie es un secreto que los legisladores panistas son movidos a través de los hilos manipulados por el ex gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, mientras que los diputados morenistas reciben línea desde el Palacio de Gobierno.
Tanto así que en días pasados se tuvo que echar mano de figuras del priismo tamaulipeco reciente, cuya capacidad y lealtad siempre ha sido cuestionada.
Tal es el caso de Ricardo Gamundi, quien todo parece indicar ya pasó por las aguas del olvido y el perdón; para su mala fortuna, su intervención resultó un fiasco.
Mientras la diputada de Morena, Úrsula Salazar Mojica, suma un nuevo revés en su incipiente carrera política, el presidente una vez más de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Congreso de Tamaulipas, el diputado panista Félix Fernando García Aguiar, declaró: "Tamaulipas nos ocupa a todos, dejémonos de luchas y pugnas innecesarias y a jalar".
Más allá de las buenas intenciones y deseos de los integrantes de uno de los poderes que, se supone, en teoría es independiente, las y los tamaulipecos necesitan un Cámara de Diputados proactiva y que en verdad vele por los intereses ciudadanos a través de un trabajo legislativo serio y a la altura de lo que Tamaulipas demanda.