Para decirlo con elegancia, aunque la definición es similar, el Consejo Estatal del Partido Acción Nacional en Tamaulipas nuevamente es el centro de la polémica de cara a la elección del 2024, donde en el ámbito de su injerencia organizará la campaña y los candidatos para alcaldías y curules en el Congreso local.
La reunión del sábado en Ciudad Victoria, encabezada por el más candidato a Reynosa que dirigente del organismo político, Luis René Cantú, el método de encontrar a sus postulados será como sucedió desde el 2016 a la fecha, mediante la designación directa.
Esta noticia prendió muchas alarmas por las circunstancias actuales no solo dentro del panismo, también al integrar una alianza contra Morena sin orden, sin acercamiento y por lógica, sin entendimiento establecido. El contexto está en quiénes serán los beneficiados del dedazo.
Lo real y al conocer a fondo cómo opera dicho comité, la lista se palomeará desde Dallas; es decir, la mano del ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y su hermano el senador Ismael tendrán la suficiente influencia para beneficiar a personajes que durante los últimos años le son leales, han competido, pero derrotados en las urnas.
Dicha determinación, por sí sola y bajo este ambiente, polariza al panismo. Las voces de reclamo seguramente se manifestarán no solo cuando muchos actores, con la capacidad y experiencia de pelear por una candidatura, sean marginados por los “cuates” o cercanos de los llamados texano-reynosenses.
El otro problema viene con los aliados. Al propio Cabeza de Vaca se le han rebelado miembros del Revolucionario Institucional, al entender la lectura de querer imponerse por obligación. Del PRD poco podemos contar pero, si son pocos y los hacen a un lado, el asunto no deja de ser grave.
Hay una realidad abrumadora que ni Francisco, Ismael, “El Cachorro” o cualquiera de ese grupo quiere ver o reconocer. Los números son fríos: desde el 2018 a la fecha, sus designaciones dan como resultado perder municipios importantes, la mayoría en el Parlamento y sobre todo, el gobierno estatal.
El PAN Tamaulipas está condenado al dedazo, pero eso no es lo más terrible, pinta para sumar un nuevo fracaso y hundirse más.