En julio del 2019, Notivox Tamaulipas publicó en un proyecto llamado Lado B una entrevista en el lado humano de la recién nombrada titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Olivia Lemus, un puesto que por el género y por simple lógica, no se puede catalogar como Ombudsman.
Abogada de profesión, su mayor inspiración en la labor fue una famosa serie de televisión estadounidense llamada “La Ley y el orden (Unidad de víctimas especiales)”, con temporadas transmitidas en México. la temática referente a la investigación y la protección a las personas desprotegidas.
Por eso se metió a la convocatoria para ocupar el cargo y resultó ganadora, mediante la votación de la entonces mayoría panista en el Congreso del Estado. La renovación de la oficina con un perfil sensible daba esa esperanza para los quejosos afectados por instancias oficiales de un verdadero resolutivo.
El problema para la titular de la Codhet, como se sintetiza esta comisión en territorio tamaulipeco, fue lidiar con una de las gestiones gubernamentales peleadas precisamente con la esencia del organismo descentralizado.
Las pruebas fueron las denuncias en Salud por malas atenciones en hospitales, en Educación contra maestros y directores, incluso de ejidatarios frente a empresas privadas, luego de instalar su parque eólico y negarse a pagar por el uso de suelo. Todo esto, bajo instrucción de los secretarios o funcionarios en la administración de Francisco García Cabeza de Vaca.
Entre ese autoritarismo, con el temor infundado desde el ex gobernador y secretarios a empresarios y sociedad civil, el hacer formal la violentación a la libertad a una buena atención médica, al acceso a aprender, a defender la tierra, incluso a expresarse sin tapujos, terminaron archivadas cada una de las intenciones.
Al final, como pasó con Humberto Rangel en Transparencia (debió llamarse Instituto de Opacidad), con Raúl Ramirez en la Fiscalía Anticorrupción y con Jorge Espino Ascanio en la Auditoría Superior, Olivia usó la Comisión para irse contra contrarios al Cabecismo y a favor de esos interés, pero jamás en favor del ciudadano promedio, alejado del pleito político, sin deberla ni temerla, pero siendo el principal perjudicado.
Si lo ponemos en una serie de televisión actual, bien puede titularse la “Anti Ley y Orden”.
