A Lauro Parra Aguilar
Guadalupe Victoria, primer Presidente de México, (ya como nación independiente y República federal constituida que este próximo lunes 27 de septiembre celebrará los 200 años de haberse independizado de España y tuvo como simbolismo la entrada a la Ciudad de México del Ejército Trigarante) nació en Tamazula, Durango, el 29 de septiembre de 1786 y falleció en la fortaleza de San Carlos de Perote, Veracruz, el 21 de marzo de 1843. Vivió 57 años y, aunque duranguense de origen, la mayor parte de su vida la pasó en las entidades de Veracruz y Puebla.
Inclusive, vivió en la ciudad de Teziutlán y mantuvo mucha existencia y cercanía con Tlapacoyan y con Perote (esta localidad, eje y paso estratégico en todas las épocas y etapas geográfico-históricas de nuestra formación social, desde la conquista, colonia-virreinato hasta la Independencia, Reforma y Revolución, formó parte importante del Totonacapan en el pasado, lo hace en el presente de nuestro país y esperamos que también estará en su futuro y en su devenir).
A nuestro cronista de Tlapacoyan, Alfonso Diez García, la doctora Patricia Herrera-representante en el DF del gobierno de Durango-, al presentarle para que hablara sobre su libro La vida secreta de Guadalupe Victoria, les dio también un breve perfil del cronista:“Como ingeniero instaló estaciones de radio y televisión y estudios de grabación a lo largo del país; como periodista(…) fue articulista, columnista, jefe de redacción y de información, corrector de estilo y de ortografía, hizo centenares de reportajes y editoriales, fue subdirector, editor y director de revistas de corte político. Ha impartido clases de filosofía, periodismo, opinión pública, computación y matemáticas a nivel licenciatura y maestría en diversas universidades de la República Mexicana, así como conferencias y seminarios…”.
Y así, Diez García retomando las líneas que nos compartió al señalar que en el año de 1936 fue asesinado Manlio Fabio Altamirano Flores y el gobernador Gonzalo Vázquez entregó su cargo a Guillermo Rebolledo para irse con Lázaro Cárdenas como titular de la SEP, añade: “Ocho años antes, en 1928, Manuel Parra Mata, minero y comerciante que procedía de Pachuca compró la hacienda de Almolonga, de 3 mil 524 hectáreas de extensión, ubicada en el municipio de Naolinco, Veracruz, con la intención de instalar un ingenio y producir, desde luego, caña de azúcar y alcohol. viudo de Lucía Cruz Fonseca se casó con la hermana de ésta, María”.
“A Parra le tocó vivir el segundo periodo como gobernador del terrible Adalberto Tejeda Olivares, azote de la Iglesia católica y de los terratenientes, por lo que ya convertido en uno de estos formó una asociación para defenderse de las guerrillas campesinas que mandaba contra los hacendados el propio gobernador”.
“El brazo armado de Manuel Parra era un grupo de sicarios llamado ‘La Mano Negra’, entre los que estaban Carlos Ramírez, de Naolinco; Francisco Salas, Sebastián González y Nicandro Sánchez, de Alto Lucero; Manuel Alonso, de Miahuatlán; Magdaleno Pedro Parra, de Soledad de Doblado”.
(Continuará).
Víctor Bacre