Política

Vejez inmunitaria

En la medicina moderna, uno de los fenómenos más estudiados y aún incomprendidos es la inmunosenescencia, término que refiere al proceso de envejecimiento del sistema inmunológico. Este proceso es inevitable y afecta la salud de nuestros adultos mayores de manera significativa. En México, al igual que en el resto del mundo, el aumento de la expectativa de vida ha llevado a que este tema cobre mayor relevancia en la salud pública.

La inmunosenescencia se caracteriza por una disminución gradual de la función inmunitaria, la cual se manifiesta en una respuesta menos eficaz ante infecciones y una menor efectividad de las vacunas. Además, este proceso está asociado con el desarrollo de condiciones inflamatorias crónicas, conocidas colectivamente como “inflammaging”. Este estado de inflamación de bajo grado es particularmente peligroso porque no solo aumenta el riesgo de enfermedades infecciosas, sino que también eleva la incidencia de enfermedades crónicas no transmisibles, como las cardiovasculares, diabetes tipo 2 y Alzheimer.

Uno de los aspectos más preocupantes de la inmunosenescencia es su impacto en la susceptibilidad a enfermedades como el herpes zóster, también conocido como culebrilla. Esta enfermedad es causada por la reactivación del virus varicela zóster, que permanece latente en el cuerpo después de haber padecido varicela durante la infancia. Con el envejecimiento del sistema inmune, las defensas que mantienen al virus en estado latente se debilitan, permitiendo su reactivación.

El herpes zóster es particularmente relevante porque afecta a un número significativo de personas mayores de 50 años en México. Además de ser extremadamente doloroso, puede conducir a complicaciones serias como la neuralgia postherpética, una condición que puede causar dolor crónico incluso después de que la erupción cutánea haya desaparecido. Esta condición no solo disminuye significativamente la calidad de vida, sino que también impone una carga considerable sobre nuestros sistemas de salud y por ende, sobre la sociedad.

Dada la gravedad del herpes zóster y el envejecimiento de nuestra población, es crucial disponer de herramientas preventivas eficaces. En este contexto, las vacunas adquieren un papel central. Una de las más efectivas en la prevención del herpes zóster es Shingrix, una vacuna que ha demostrado reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad y sus complicaciones asociadas en un muy alto porcentaje de los casos. Es una vacuna de subunidad recombinante que se administra en dos dosis y ha sido especialmente diseñada para superar los desafíos que presenta la inmunosenescencia.

Sin embargo, a pesar de su eficacia, Shingrix no está ampliamente disponible en nuestro país. Actualmente, sólo unos pocos médicos que practican la medicina privada en México, incluyéndome a mí y a un selecto grupo de colegas, tenemos acceso a esta vacuna. Esto representa un desafío significativo para la salud pública, pues limita nuestras capacidades para ofrecer la mejor protección posible a nuestros adultos mayores.

Es imperativo que las políticas de salud pública en México comiencen a reconocer la importancia de la inmunosenescencia y sus implicaciones. 


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Víctor Andrade Carmona
  • Víctor Andrade Carmona
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  • Médico investigador del movimiento Ciencia Previene Violencia, una iniciativa del Instituto de Salud Pública Anáhuac, Universidad Anáhuac.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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