En muchos hogares de la familia mexicana pareciera que el tiempo se ha detenido.
A causa de la pandemia por el COVID 19 y la declaración de la emergencia sanitaria para permanecer en aislamiento, los días en casa son casi iguales.
Sobre todo para aquellos que sí pueden y sí tienen que quedarse en casa.
Muchos han convertido esta obligatoriedad en una oportunidad para hacer aquellas cosas que poco hacían antes del coronavirus: dormir tarde, arreglar cajones, ordenar armarios, conectar en webinarios cómo se educa a los hijos sin gritos o simplemente pasar más horas frente a la pantalla.
Esta última era la más frívola y superflua de las opciones que yo contemplaba en tiempo de confinamiento, pero ahora me desdigo. Resulta que me he hecho asidua a puchar el botón del control que dice Netflix para buscar y encontrar producciones que dan cuenta de lo que hoy es el modelo social sobre discapacidad.
Una de ellas comienza mañana.
No pretende ser una cátedra desmenuzada de los artículos de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad ni dar curso de cómo tratar con personas con tal o cual trastorno mental o escuchar a los expertos de siempre que nos dicen que las personas con una diversidad neurológica tienen derecho a todo incluso para enamorarse.
No habrá necesidad de nada de eso, porque la serie que se estrena este miércoles 22 de julio del presente en la citada plataforma, la escenificarán las propias personas con discapacidad psicosocial.
Veremos historias reales de personas reales.
El Amor en el Espectro Autista es un reality show o docuserie dividida en cuatro partes donde cuatro mujeres y cinco hombres con autismo mostraran que sí les importan las relaciones, que buscan enamorarse y que se meten al terreno de la conquista y el cortejo.
La psicóloga Elizabeth Laugeson y la entrenadora de relaciones sociales Jodi Rodgers acompañan la etapa de enamoramiento de estos jóvenes que en el plano de la convención se traducirían como apoyos sustantivos no sustitutivos.
Love on the Spectrum nace en la mente de Cian O’Clery como un desafío, luego de escuchar la premisa generalizada de que las personas que viven con la condición del espectro autista no les interesa el amor y por lo tanto no lo buscan. Primero Persona.