El trabajo es un concepto que históricamente ha sido asociado a la evolución del ser humano y por ello ha jugado un rol en la historia con importantes efectos en la dinámica social.
Hay quienes afirman que es producto de la transformación social, mientras que otros dicen que es la génesis de cambios estructurales.
Lo cierto es que la civilización y la evolución del cerebro humano se dieron a la par, y con ello la aparición de diferentes tipos de labores así como herramientas y utensilios para realizarlas.
Sin duda que es una actividad intrínseca del ser humano, pues sus adaptaciones y adopciones corresponden a cambios en lo biológico, psicológico y social.
El trabajo ha reconfigurado aspectos físicos y cognitivos del homo sapiens que han traído consigo cambios asociados a nuevas capacidades y destrezas para desempeñar diversas tareas.
Ha demandado una continua adaptación corporal, intelectual y social.
Con la evolución humana el lenguaje también se ha reestructurado, pues no sólo constituye palabras, sino significados y símbolos, lo que provoca impactos en la psique.
En el libro El cerebro ejecutivo (Golberg, 2002) el autor hace una analogía entre la complejidad del cerebro y la estructura social.
A medida que éste evoluciona, los hombres construyen nuevas formas de relacionarse.
La configuración cerebral se plasma en muchos aspectos de la vida, como la geoeconomía y la geopolítica, la industria o el trabajo.
Goldberg brinda ejemplos de cómo las redes neuronales se manifiestan en la composición de las computadoras, en la integración comercial-política-financiera de los países o hasta en la constitución de la web.
A mayor complicación neuronal, mayor complejidad social y viceversa.
La manera de organizarnos socialmente ha impactado la estructura del cerebro, y la sociedad refleja la complejidad intelectual.
No se puede ignorar que la actual constitución social ha traído consigo desigualdades, inequidades e injusticias sociales.
El trabajo es motivo de conflicto en los distintos órdenes económicos, y su rol como garante del bienestar social es seriamente cuestionado.
Se ha acentuado su explotación y se ha precarizado su retribución, sobre todo para la clase media. La capacidad negociadora del asalariado se ha difuminado ante los movimientos corporativistas, el outsourcing o el empleo informal.
Las condiciones laborales han empeorado y han aparecido nuevas figuras de jefes o patrones.
Hay una deuda pendiente al no haber alcanzado el reconocimiento y la remuneración justa del esfuerzo de migrantes, infantes, trabajadoras domésticas, adultos mayores y amas de casa, y el empleo informal, el autoempleo y el home-office imponen nuevos desafíos.
Esta reflexión intenta dejar clara la relación entre cerebro, trabajo y sociedad, pues cualquier actividad laboral es un medio de supervivencia, que debe priorizar la dignidad humana y contribuir a la construcción de una sociedad más justa y solidaria La psique crea, mejora, resuelve problemas simples o complejos a medida que desempeña una función, y se transforma constantemente.