Política

Un tesoro mexicano 'art déco' en París

Actualmente, en el museo de arquitectura de París, La Cité de l’Architecture, se expone “Art déco Francia/América del Norte”, muestra del diálogo trasatlántico que generó el art déco en la vida cultural y artística en los años veinte del siglo pasado. La esmerada curaduría nos transporta a la efervescencia y euforia de la época, principalmente en Estados Unidos. Por ello sorprende al visitante encontrar una joya del art déco mexicana en su recorrido: el museo dedicó una sala a un hermoso conjunto de lienzos que el maestro duranguense Ángel Zárraga elaboró para la residencia de la Embajada de México en Francia y que está dedicada, en buena parte, a la amistad entre ambos países. El origen de estos magníficos paneles obedece a dos historias que se entrelazaron en París: una artística y otra diplomática.

En 1904, a sus 18 años de edad, el joven artista Zárraga viajó a Europa y, tras estudiar en diversas ciudades europeas, se estableció en París en 1911, donde permanecería hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Abierto a las diferentes influencias artísticas, del simbolismo, al modernismo y al cubismo, fue encontrando su propio estilo y ganando reconocimiento en el medio artístico francés. Además de sus lienzos, ilustró publicaciones, decoró castillos y varias iglesias.

En 1927, Alberto Pani, entonces ministro plenipotenciario en París, inició la construcción de oficinas en la calle de Longchamp, así como adecuaciones a la residencia oficial de la legación mexicana, situada de forma aledaña en una propiedad adquirida por México en 1926. Como parte de la remodelación, Pani solicitó a Zárraga una serie de paneles para adornar los salones principales de la residencia. Deseaba que estos espacios constituyeran un ambiente propicio para alojar las relaciones diplomáticas posrevolucionarias de México y que la obra en su conjunto celebrara la fuerza e intensidad de los lazos que unían a México y Francia.

El resultado fue una serie de 18 excepcionales óleos sobre tela, impregnados de patriotismo y amor por el país, en estilo art déco, de una estética y colorido asombrosos. El conjunto es extraordinario y único en su género por los paisajes y personajes serenos y apacibles, en su mayoría femeninos, que parecen mirar juntos, en armonía y en la misma dirección hacia un mejor futuro. Zárraga representó con maestría hechos históricos y temas universales como el sentimiento nacional; los orígenes; la fraternidad y la educación. Plasmó el vínculo entre el pasado prehispánico y la construcción de un México moderno; la continuidad de la vida y la amistad entre México y Francia. Como fue previsto, la obra pictórica se instaló en su integridad en el salón de actos ceremoniales y protocolarios de la residencia. Cada cuadro había sido creado para un lugar específico en los muros del salón.

En la actualidad, ocho paneles ya no se encuentran en la residencia de la Embajada, lo que ha privado a la obra de parte de su esplendor. Resulta sorprendente que, en los años cuarenta, varios paneles fueron descolgados, almacenados y olvidados en el sótano de la residencia, en donde se deterioraron. ¿Qué motivó esta decisión? Quizá, en ese periodo, las pinturas no obedecían ya a las modas y políticas culturales predominantes. Décadas después, y gracias a la intervención de diplomáticos mexicanos, se iniciaron gestiones para su restauración. En 1989, Cancillería solicitó al Instituto Nacional de Bellas Artes dictaminar y restaurar las once pinturas dañadas. Expertos mexicanos restauraron los cuadros y estos se expusieron temporalmente en el Museo Nacional de Arte de la Ciudad de México. Sin embargo, varias pinturas permanecieron en México. La obra maestra de Ángel Zárraga de la residencia de la Embajada de México en Francia quedó incompleta. Seis de los diez cuadros que conserva nuestra representación diplomática son los que actualmente se exponen en La Cité de l’Architecture, con un promedio de 700 visitas diarias.

Por lo anterior, me llenó de enorme satisfacción que, en el marco del evento “Reflexiones a 100 años del muralismo mexicano”, organizado por la Cancillería, Lucina Jiménez López, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, anunciara que, después de identificar y reunir las obras del maestro mexicano que estaban en México, “hemos hecho toda la documentación necesaria para que esas piezas de Zárraga regresen a su lugar de origen de donde nunca debieron haber salido”. Es una gran noticia: estoy convencida de que el valor histórico y artístico de la narrativa plasmada en este conjunto pictórico solo puede apreciarse en su totalidad en el lugar para el que fue creado.

Por Blanca Jiménez Cisneros*

*Embajadora de México en Francia


Google news logo
Síguenos en
Varios autores
  • Varios autores
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.