Política

La protección es prioritaria

La compleja situación que se vive en Ucrania tras la invasión rusa, ha generado una respuesta inédita del Gobierno de México para atender, con celeridad, a connacionales que ahí residen y facilitar su evacuación voluntaria a naciones vecinas y luego a nuestro país. Las acciones instrumentadas son resultado de instrucciones muy claras del presidente de la República, que se fundamentan en la prioridad histórica de la diplomacia nacional, de proteger a las y los mexicanos y sus intereses, dondequiera que se encuentren.

En estas tareas, que ya dan resultados exitosos, ha sido fundamental la buena coordinación entre dependencias del Gobierno de México, la Secretaría de la Defensa Nacional y las embajadas de nuestro país en Europa, señaladamente en Ucrania, Rumanía y Polonia. Durante la última semana y con la enorme dificultad que entraña la movilidad de personas en territorio ucraniano para su llegada a alguna de las fronteras de las naciones mencionadas, las misiones diplomáticas mexicanas, de la mano de la Cancillería, establecieron ágiles mecanismos de intercambio de información y logística, con la intención de identificar a compatriotas residentes en ese país y ofrecerles apoyo para su evacuación inmediata.

En una cadena de solidaridad humana, que facilitó la ubicación en tiempo real de sus traslados y conocer el avance de sus trámites de revisión migratoria, a finales de febrero último comenzaron a llegar grupos de compatriotas al puerto fronterizo de Siret, Rumanía, donde fueron recibidos por personal del Servicio Exterior Mexicano, que les ofreció la seguridad que habían perdido en Ucrania. A todas estas personas, sus cónyuges e hijos, se les trató con esmero y respeto, tal y como instruyeron las autoridades de nuestro país al más alto nivel. Con el impacto emocional que significa haber dejado atrás patrimonio, trabajo y amistades, se atendieron sus necesidades inmediatas de alimentación y alojamiento. En una coyuntura marcada por las inclemencias del frío invierno europeo y ante la dimensión de la crisis personal y social que conlleva todo conflicto bélico, se puso particular cuidado en transmitirles la seguridad que se desprende de la protección que ofrece México.

Conforme el conflicto bélico fue escalando, se multiplicaron los retenes carreteros, así como la revisión excesiva de hombres para su reclutamiento militar obligatorio. Pronto, la intensificación del flujo de gente hacia la frontera rebasó al personal e infraestructura migratoria ucraniana. Todo ello se tradujo en larguísimas filas de automóviles y personas, que retrasaron el tránsito internacional por horas e incluso días. En estas circunstancias no se improvisa. En atención a lo dispuesto por el artículo 89 constitucional, que identifica en la protección a personas mexicanas un principio rector de la política exterior que tanto prestigia a nuestro país en el mundo, el Gobierno de México movilizó recursos humanos y materiales para garantizar la seguridad e integridad física de connacionales y sus familias, así como su traslado a territorio nacional en el más breve plazo posible.

El 3 de marzo, y tras haber integrado una lista con los nombres de quienes solicitaban regresar a territorio nacional, un avión de la Fuerza Aérea Mexicana, enviado a Rumanía por el presidente de la República con personal militar en misión humanitaria, fue finalmente abordado en Bucarest por 73 personas evacuadas por nuestro Gobierno. Asimismo, ocho más de otras nacionalidades se sumaron a este viaje, en un gesto que confirmó la tradicional amistad y solidaridad internacional de México.

Estas emblemáticas acciones de protección tienen un contenido que trasciende lo simbólico, se nutren de hechos concretos y fortalecen la cooperación de nuestro país con terceras naciones. En el caso concreto de Rumanía, país con el que se mantienen estrechos lazos, hay que señalar que sus autoridades fueron facilitadoras de esta operación humanitaria y que el pueblo rumano se volcó en atenciones con gente de muy diversas nacionalidades, incluso de México, apenas dejaron atrás Ucrania. En la región fronteriza de Siret se dieron cita todo tipo de organizaciones no gubernamentales y de vocación humanitaria. Ahí, donde la prioridad fue y sigue siendo procurar a los desplazados por la guerra, el Gobierno de México ofreció a los suyos certeza y una nueva esperanza.

Enhorabuena por el intenso trabajo realizado en esos días por las autoridades mexicanas en tan difícil trance y por la rapidez con que actuaron. Un reconocimiento especial merece el personal de la Embajada de México en Ucrania, que encabeza la embajadora Olga García Guillén, por su resiliencia y virtud en el cumplimiento de sus delicadas responsabilidades de protección, en circunstancias tan arriesgadas y difíciles. Como ocurre con las y los integrantes del Servicio Exterior Mexicano en todo el mundo, esta experiencia es un notable testimonio de su profesionalismo, compromiso y lealtad con México, independientemente de los riesgos y complejidades que su noble labor entraña allende las fronteras.

Por: Guillermo Ordorica Robles

Embajador de México en Rumanía


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