Eduardo Espinosa
Si la inercia de Cruz Azul no cambia en los próximos juegos, la salida fácil sería el cese de Robert Dante Siboldi. Sin embargo, el entrenador uruguayo no es el origen del problema que abruma a La Máquina; sí, es parte –y muy importante–, pero no es el único responsable. Hoy, el conjunto celeste está en una carrera desesperada contra el tiempo; su falta de planeación, luego de la salida de Ricardo Peláez, le está cobrando factura. También hay que decirlo, Siboldi tampoco ha demostrado algo que justifique su estancia, los números lo condenan hasta el momento.
Juan Carlos Zúñiga
Paciencia, una palabra que pocos utilizan en el futbol mexicano y más en Cruz Azul, un equipo que lleva 22 años sin ser campeón de liga. Prematuramente, la afición celeste está pidiendo la cabeza de Siboldi, la desesperación y frustración es entendible, sin embargo, correr al DT es lo más sencillo. Tranquilos aficionados celestes, esto apenas comienza, los refuerzos están por llegar, si esto no camina a mitad de torneo entonces sí tendrán que hacer un cambio. Robert Dante quizá no es el técnico indicado, pero pensar en correrlo si pierden el sábado es una locura.
David Medrano
Lo peor que podrían hacer en este momento es cambiar de técnico, volver a empezar desde cero y olvidando el poco o mucho trabajo que lleva el técnico uruguayo. Eso solamente demostraría que no hay un orden ni proyecto en todo el desastre llamado Cruz Azul. Siboldi hizo la pretemporada y el conocimiento del grupo es recíproco, desafortunadamente en los últimos años, la institución cementera nos ha demostrado que el problema no es del técnico, y que si algo se necesita es un cambio verdadero, de fondo, no solamente en el banquillo.
Heliodoro Hinojosa
Si Cruz Azul se atreve a despedir pronto a Robert Dante Siboldi por malos resultados, tiene que dar un golpe grande. Dos derrotas tienen por ahora a La Máquina en un hoyo y todos sabemos que la problemática no solo es su director técnico, el tema viene en pirámide y abarca a todos los niveles, para mal. Un golpe de autoridad severo, dejar a Robert o golpear la liga con un nombre rimbombante. En Cruz Azul solo hay extremos, el punto medio hoy no suavizará nada para un equipo que continúa sin rumbo y sin destino.