Carlos Contreras Legaspi
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Es el principio. Cuando llegó al América había muchos cuestionamientos, Peláez se atrevió a correr riesgos y trajo a emblemas del antiamericanismo como Miguel Herrera o Rubens Sambueza a Coapa. Las apuestas salieron y terminó como uno de los directivos que aportó más a las vitrinas de las Águilas.
Al final de su etapa, le cargaron culpas que no eran suyas, como el himno del centenario o el partido amistoso por el festejo ante un grande de Europa que nunca llegó, pero en realidad no eran parte de sus tareas.
Hoy resulta natural que la afición de Cruz Azul se emocione, es un tipo franco y abierto, que se atrevió a ofrecer títulos. En La Noria no puede hablarse de otra cosa que no sea ganar la Liga, es lo que urge y lo único que realmente calmará las más de dos décadas de sequía para un club que se ha venido acostumbrando a sufrir.
No será como en América, no llega para poder cambiar de piezas a placer, pues de entrada le darán seguimiento a la idea de Pedro Caixinha, quien estuvo lejos de la expectativa –que era llegar a semifinales- pero tiene una trayectoria respetada en el futbol mexicano y con él, la continuidad debe rendir frutos.
El aficionado celeste también debe tener paciencia, su equipo dejó ir en las finales ante Monterrey, Toluca y América oportunidades inmejorables de romper la maldición, hoy el reto es mayor que hace cinco años. Los clubes de arriba como América, Tigres, Rayados y Toluca no descuidan sus planteles, van por lo mejor del mercado en México, en Sudamérica y ahora hasta en Europa.
Cruz Azul debe contratar mejor, debe regresar a sus fuerzas básicas para garantizar las plazas de mexicanos y esperar una diferencia, solo si el discurso de la autonomía para Peláez es real, porque muchas veces a Eduardo de la Torre lo dejaban en evidencia cuando alguien de más arriba tomaba las decisiones por él.
Con los antecedentes, nadie se atrevería a apostar por un Cruz Azul campeón en diciembre, pero ese "corto" plazo del que habló Peláez en su presentación suena factible. Nuevo director deportivo, nueva casa y una nueva ilusión para la afición más golpeada de México.
Juan Carlos Zúñiga
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Ricardo Peláez se convirtió en el hombre más buscado por los clubes de nuestro futbol cuando terminó su relación laboral con América. Sabedor de su capacidad decidió tomar un receso y volver a los medios de comunicación, una práctica muy común entre ex futbolistas, entrenadores y directivos, que saben que para no estar en el olvido la pantalla chica es una vitrina para ser observados y tomados en cuenta.
Peláez esperaba una oportunidad que lo llevara a grandes retos, no iba a tomar un equipo en el cual el reto fuera mínimo, y Cruz Azul fue el club que de inmediato luchó por tener el que para mí es el mejor director deportivo de nuestro futbol, un tipo serio, trabajador, de carácter fuerte, ganador, pero sobre todo de proyectos que dan resultados.
Ricardo llega a cambiar por completo la perspectiva que se tenía de La Máquina celeste, un equipo al que se le han negado los títulos, una afición que debe soportar las burlas y que solo se ha metido a una Liguilla en los últimos ocho torneos.
El nuevo director deportivo tiene la responsabilidad más grande de su carrera, lograr que después de 21 años Cruz Azul levante un título de Liga. Para el nuevo directivo de La Máquina hay una palabra que lo debe acompañar durante esta gestión: AUTONOMÍA. Si Ricardo tiene esto, les aseguro aficionados de Cruz Azul que en un año levantarán el título de la Liga Mx. Llegó el momento de reestructurar a un equipo que ha sido dañado por promotores, malos manejos a nivel directivo, jugadores que solo han sacado provecho económico de una institución que paga muy bien.
Regresarán al estadio azteca, una decisión que puede ser muy positiva, el éxito está garantizado con Ricardo Peláez, solo hay que dejarlo trabajar y gestionar a uno de los equipos más importantes del futbol mexicano. Señoras y señores está por comenzar la nueva era de Cruz Azul.
David Medrano Mora
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En el papel, la figura de director deportivo ya existía en Cruz Azul con Yayo de la Torre, no es que hiciera falta esa figura dentro de la institución. La llegada de Ricardo Peláez junto con toda la experiencia que él mismo conlleva, da como resultado que las expectativas para La Máquina se eleven en el corto plazo.
Peláez ha demostrado en su experiencia como directivo, que sabe cómo manejar un equipo de futbol, el perfil de jugadores que se tienen que traer y las formas que se deben utilizar en el futbol mexicano.
El primer tema importante será descubrir qué tanta autonomía tendrá para armar el equipo, no es un secreto que desde hace tiempo en Cruz Azul se manejan conforme al interés de algunos representantes de jugadores, y eso va en contra de Peláez y su filosofía. Si no tiene camino libre en este tema, será muy complicado ver el verdadero trabajo de Ricardo.
El otro tema, el de su relación con el técnico Pedro Caixinha, no creo que sea algo trascendental en esta primera etapa, la de pretemporada. Lo verdaderamente importante será ver su relación con el torneo en marcha y todos los pormenores que puedan suceder. En el pasado estos dos personajes tuvieron una discusión, cuando Peláez estaba en América y el portugués en Santos Laguna, los dos son hombres de carácter fuerte, con sus visiones de vida y futbol bien fundamentadas, y no dudo que por el bien del equipo y del profesionalismo que cada uno tiene, naveguen hacia el mismo destino, aunque esa combinación, ante cualquier situación complicada, puede explotar.
La combinación es buena, interesante; técnico y director deportivo saben lo que es ser campeón en el futbol mexicano, los dos tienen carácter para manejar un cuadro de figuras como podría convertirse el plantel de Cruz Azul, un carácter tan fuerte que podría generar fricciones entre los dos personajes más importantes en este momento para La Máquina.
Heliodoro Hinojosa
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Veintiún años de sombra persiguen a Cruz Azul y si piensan que Ricardo Peláez trae la varita mágica, están demasiado equivocados.
La Máquina está en un problema de fondo y no de formas, al igual que Peláez han existido algunos otros directores deportivos que también han llegado en los últimos años a tratar de revivir a este Club y no lo han conseguido.
Por supuesto que reconozco abiertamente la capacidad de Ricardo Peláez, un tipo con mucho conocimiento y un carácter ideal para dirigir un equipo de futbol, y ya lo demostró en América, donde ganó dos campeonatos de Liga y dos títulos de la Liga de Campeones de la Concacaf. Todos con cuatro entrenadores diferentes.
En Cruz Azul hay una losa muy pesada, se imaginan cargar cada inicio de torneo: 5 finales de Liga perdidas, 3 finales Internacionales perdidas, 80 refuerzos nacionales y 85 refuerzos Internacionales que no han dado a la institución un campeonato.
Desde 1997 La Máquina no ha sido campeón en la Liga doméstica, bueno ganó la Copa en el Clausura 2013, y súmele algo peor, los vicios de este equipo donde los promotores han secuestrado por años a un equipo de gran tradición y donde se dice que muchos opinan para que al final no se gane nada.
Ricardo Peláez debe tener autonomía y ser un socio incansable de hoy su director técnico Pedro Caixinha, que por cierto también es de personalidad fuerte, pienso que son polos similares y esos se repelen, pero ahí daré el beneficio de la duda.
La referencia entre personalidades fuertes donde Peláez ha estado inmiscuido ya la hemos vivido anteriormente y debemos tenerlo presente.
Bienvenido Ricardo Peláez, a limpiar la casa y qué bueno que ya conoces el medio, porque ahí también tendrás que torear algunos detractores ya enardecidos con cualquier pequeña caída.