En su informe anual 2020, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) reporta que 80.56% del total de energía eléctrica generada en México se realizó a través de la quema de combustibles fósiles: combustóleo, gas y carbón natural.
Solo 19.44% se generó a través de energías limpias: hidroeléctrica (11.62%), nuclear (4.99%), geotérmica (1.95%), eoloeléctrica (0.87%), y fotovoltaica (0.004 %). La utilización extensiva de los combustibles fósiles lleva a su irremediable extinción. La emisión de miles de toneladas de bióxido de carbono (CO2) a nuestro medio ambiente es otro efecto negativo y altamente nocivo de la quema de estos combustibles. En 2020, se generaron en México 371 millones de toneladas de CO2 por la combustión de combustibles fósiles.
En un esfuerzo por incentivar la producción de energía eléctrica por medios limpios, la Ley de Transición Energética implementó la figura de los Certificados de Energía Limpia (CEL). Dichos certificados se otorgan a las empresas generadoras de energía eléctrica con centrales limpias que entraron en operación después de agosto de 2014. La Iniciativa de reforma eléctrica, dada a conocer el 1 de octubre de 2021, propone la modificación de los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en materia energética. Desafortunadamente, en esta iniciativa de reforma se propone la eliminación de los CEL, lo que representa la desaparición de tajo del principal incentivo para que las empresas generadoras utilicen energías renovables.
La CFE no tiene capacidad para generar por medios renovables. En 2020, solo dos nuevas unidades entraron en operación con energía limpia: Los Humeros III con 27.118 MW y los Azufres -III con 27.360 MW, ambas utilizando energía geotérmica. Sin embargo, la central Tula, que genera por ciclo combinado a base de energía fósil, aumentó su capacidad de 489 MW a 566.688 MW de potencia. La generación por tecnología limpia es inferior a aquella por tecnología fósil. Aunque debiera ser lo contrario. El potencial de generación de energía eléctrica por medio eólico y fotovoltaico con que cuenta nuestro país es importante. En el aspecto fotovoltaico, se estima que la insolación promedio a lo largo de todo México es de alrededor de 6 kWh/m2 cada día. El recurso eólico también es significativo. En regiones como la Ventosa en Oaxaca, la velocidad del viento está entre 6 m/s a 8 m/s con una densidad de 500 W/m2 a una altura de tan solo 30 m. Bajo estas condiciones, México debiera ser líder Mundial en generación de energía eléctrica por medios renovables.
Políticas que repercuten en el medio ambiente, así como en el bienestar de la población, deben ser rechazadas. La energía fósil de nuestro país se agota inexorablemente, comprometiendo nuestro futuro energético. La quema de dichas energías contribuye a la generación de miles de toneladas de bióxido de carbono emitidas a nuestro medio ambiente, comprometiendo la salud de la población. Las energías renovables se tienen que promover e implementar en lugar de cortarles incentivos. Con políticas como la propuesta en la Iniciativa de reforma eléctrica, México ni siquiera alcanzará 35% de generación de electricidad por medios limpios que se comprometió lograr para el 2024 en los Acuerdos de París.
Pedro Bañuelos