De niños crecimos escuchando, el triunfo que fue para México, la expropiación petrolera en 1938, con el general Lázaro Cárdenas. El análisis era un acierto, que nos aseguró ser dueños de uno de los recursos más importantes para el mundo, el petróleo, que provee energía para la industria y transportes. Hoy sentir orgullo por ser un país petrolero suena muy lejano en un mundo que está buscando nuevas formas de energías renovables. Y más sabiendo que la empresa más grande de México, Pemex, es opaca y muy costosa, no solo en lo que le cuesta producir un barril, sino en el costo en la salud de los mexicanos.
Para Andrés Manuel, el petróleo no es solo un recurso natural, sino el símbolo de nuestra soberanía, por eso sus promesas de modernizar y volver sustentable a Pemex, reto que no ha cumplido del todo. En el 2022 la empresa produjo 6.5% menos barriles de crudo diarios que en el 2018 y en el último trimestre del 2022 reportó una pérdida de 9.374 millones de dólares. Y en cuanto a su impacto ambiental aumentó su envío de metano a la atmósfera en 95% del 2018 al 2021.
La visita de AMLO a Monterrey es señal que el tema de la refinería de Cadereyta, perteneciente a Pemex, es serio e insostenible. Y no es para menos, pues es la principal contaminante de azufre de la ciudad, según la poca información que tenemos.
Una vez más AMLO prometió una inversión millonaria de 3 mil 500 millones de pesos para eliminar los contaminantes que produce la empresa, y con una inversión más para el 2024. Invertir en el mal menor, pero necesario, no es avanzar. ¿En qué se pudiera invertir ese dinero que realmente fuera una palanca de desarrollo en nuestro estado? ¿Proyectos verdes, transporte eléctrico, escuelas, turismo?
En su visita, no solo prometió, sino arremetió contra empresarios de la localidad. Llegar, prometer y criticar donde la constante es la mala calidad del aire, producto de una empresa pública, es todo menos empático. Transparentar es lo que hace falta. Calidad en la información es algo que Pemex debe de hacer de manera urgente. Pero sobre todo cumplir y resolver.
