Acabamos de cerrar septiembre en NL, como mes más rojo de lo que va del año con 131 homicidios dolosos, contando la terrible situación de los 12 cuerpos mutilados por toda la ciudad. Esto ha causado terror entre la ciudadanía. Entre los jóvenes se compartieron mensajes falsos de WhatsApp con amenazas de sucesos que pasarían. Con todos los que me topé a pregunta expresa, cambiaron en estos últimos días su rutina y sus salidas, por miedo.
El crimen organizado inhibe la participación ciudadana, dejándonos pasivos. La trata de personas, homicidios, desapariciones e impunidad son el día a día. Hay tanto por hacer y a la vez no hay nada nuevo que descubrir para solucionar la inseguridad. Otras ciudades tienen casos de éxito, pero hemos seguido las mismas acciones, esperando resultados distintos.
Expertos apuntan que la prioridad es invertir en la prevención de la violencia, con resultados a largo plazo. El político que invierte en ello no verá los resultados en su administración, he ahí que caen en la irresponsabilidad de solo invertir en lo que se ve: patrullas, infraestructura y armas. Tema que nunca vamos a estar a la par con la delincuencia organizada, pues tiene más fondos y empleados. Según un estudio de la revista Science son el quinto empleador en el país, con 170 mil activos.
También requerimos un estado de derecho real. En las últimas declaraciones de nuestras autoridades, todos aceptaron que la inseguridad se debe a un “pleito” por la plaza. Esto es aceptar que tienen plaza. La pregunta es: ¿Por qué la tienen? Se sabe, no de manera oficial que se negocia para tener paz, sí, una paz falsa, hasta que deciden romperla.
Otra necesidad es la inteligencia coordinada: indicadores, medición y diagnóstico. Por ejemplo no existe un registro único de desaparecidos. Hay una falta de coordinación sistémica. Las fiscalías de los estados trabajan por su cuenta y los datos no nos sirven aislados. Según un estudio de la Universidad Iberoamericana existen mil 134 fosas clandestinas en México. Y se habla de 50 mil cuerpos esperando ser reconocidos en los semefos, así de grave es la realidad.
Somos una fábrica de delincuentes, al no tener una estrategia rectora a nivel nacional enfocada en prevención. Debemos trabajar coordinadamente desde los tres niveles de Gobierno y con un enfoque transversal y federal en la educación, en lo económico y social. El comité de personas desaparecidas de la ONU fue enfática en recomendar de nuevo el abandonar la militarización de las tareas de seguridad. La clave, dicen, es la prevención, la inteligencia y la coordinación.