El debate del domingo del IEE para la alcaldía de San Pedro dejó mucho que hablar, incluso más que la propia serie que trata del municipio y que Mauricio en su rabieta alcanzó a mencionar; que cómo cuestionaban el manejo de la seguridad en sus administraciones, si incluso una serie hablaba de eso. Sus dichos como de costumbre no se basan en data, ni hechos, pero sí en una serie. Así es lo preocupante de la elección de uno de los más importantes municipios de América Latina. El que un candidato se molestara porque lo cuestionan y dejara el debate, dice mucho de él y más de la comunidad que al parecer lo favorece con el voto.
Su actitud me recordó a Trump. Llega a un debate, sin preparación, mostrando que él no necesita comprobar ni mostrar nada, con su opinión es suficiente. Al ser cuestionado por Lorenia Canavati, candidata a MC, se comportó cómo ha gobernado: a su manera según sus intereses. Me sorprende que en redes la gente aplauda el haberse ido, aludiendo que no era un debate. Ese era el formato, sí estructurado, pero eso ya lo sabían los candidatos y sus equipos. Y sí pudo aprovechar sus intervenciones para defenderse. Mostró nula tolerancia a la crítica, hartazgo y cero interés en exponer sus ideas.
Nadie niega sus momentos de gloria, de un alcalde innovador, generoso y visionario. Ese Mauricio ya dejó su legado. Ha aportado mucho a la cultura y puede seguir haciéndolo, con el recién terminado museo La Milarca. Gobernar es otra cosa. Me pregunto qué ven en él que públicamente ha dicho que él no gobernará. ¿Añoranza por un gobierno donde los ciudadanos podían hacer lo que querían o aferrarse al recuerdo de cuando todo estaba en una supuesta paz? Porque los datos dicen otra cosa. Cuando recibió su tercera administración, los homicidios dolosos pasaron de 6 a 12 en el 2016, duplicándose en un año. Y por cierto, en lo que va de esta administración, el año pasado cerramos con 17 homicidios, según datos de la Fiscalía, siendo el año con más homicidios en una década.
Debates, inconsistencias y rabietas. Quien huye de un debate y no dialoga, no puede defender a San Pedro. Su blindaje es más ciencia ficción que la serie.