Ayer se cumplieron 100 años de la ejecución en Chihuahua del general Felipe Ángeles, el personaje hidalguense más importante en la historia de México.
A pesar de la abundante bibliografía sobre la vida de Felipe Ángeles se percibe poco conocimiento general en el estado de Hidalgo sobre la trascendencia y estatura histórica de un verdadero caudillo nacional. En realidad fue un personaje fuera de serie.
Se debe aprender de él no solo valor y cultura, sino también la nobleza de su corazón, la lucidez de su pensamiento y una cadena de valores difíciles de encontrar en un soldado atrapado en una sangrienta guerra, la revolución mexicana. Además de monumentos y avenidas es necesario que los hidalguenses de todas las edades se adentraran en la vida de Felipe Ángeles porque van a encontrar en su vida y pensamiento, muchas luces y admiración genuina. Felipe Ángeles es un hombre que nos puede hacer sentir orgullosos de ser hidalguenses pero en necesario conocerlo. Se habrán preguntado cómo fue posible que Felipe Ángeles haya permanecido al lado del Presidente Madero cuando fue apresado (y después asesinado) y los rudos generales golpistas le perdonaran la vida? Cómo logró el respeto de los militares y en el mismo acto pudo demostrar lealtad al Presidente caído?. Estas preguntas tienen respuesta en la profunda personalidad de este hombre nacido en Zacualtipán.
Si buscamos verdaderos líderes a quien seguir y honrar, tenemos uno grande.
Cada paso de Felipe Ángeles, desde su ingreso al Colegio Militar de Porfirio Díaz hasta su delirante juicio en el teatro de Chihuahua, tuvo, congruencia, sensatez y sabiduría. Su vida estuvo llena de penas y gloria; de encrucijadas y acciones heroicas. Tan bravo como Hércules, tan sublime como Ulises.
