Wow, James Cameron. La verdad no creo que su confesión a la revista de The Ringer sea el mejor ejemplo para los niños y adultos que buscamos ejercer nuestra creatividad. Pero confieso que sí solté la carcajada al leer que el gran director estaba absolutamente drogado cuando creó al personaje de Terminator II, llamado John Connor, hijo de Sarah Connor, quien años atrás pensábamos que sí había logrado deshacerse del cyborg del futuro que la venía a matar para que nunca tuviera a ese hijo que ayudaría a vencer a la inteligencia artificial.
Escribiendo esto hago una pausa y pregunto en mi oficina: “Alexa, ¿quién es John Connor?”. A lo cual esa dulce voz responde toda la explicación tomada de Wikipedia. “Oye, Siri, ¿quién es John Connor?”, lo intento otra vez. Wikipedia de nuevo, pero narrado y con opciones de otras fuentes. “Em, ¿Google… ?”, otra redacción pero Wikipedia de nuevo. ¿Saben qué? Ya quiero saber exactamente qué se fumó o comió James Cameron, porque me parece que las máquinas ya ganaron y nosotros ni enterados. ¿Será todo esto una alucinación?
Pensaba todos estos subargumentos aleatorios cuando me topé con otra nota que decía: “Chris Pratt estaba bajo los efectos de su pastilla para dormir cuando retó a la estrella de la WWE, Dave Bautista, a una lucha”. Batalla que además el Guardián de la Galaxia aseguraba que podría ganar.
Considerando todo esto, y pensando en el hecho de que la nueva película de Pratt La guerra del mañana, de HBOMax, trata con argumentos similares que Terminator, creo que eso de Vive sin drogas y similares realmente no funcionó en este negocio. Y menos tratar de vivir sin la inteligencia artificial. Aunque nos acabe matando.
@susana.moscatel