Cuando pareciera que las noticias de la compositora y cantante al fin van a descansar, llega información, directamente de la artista, que demuestra cómo los límites no son ley y que la creatividad sí puede ser el mejor camino hacia delante.
Sin ser parte de la generación que siempre será reconocida por la música y la historia de Taylor, puedo decir que tenemos una ventaja al ver el fenómeno que provoca esta mujer, reinventar una y otra vez a la industria de la música y a todo lo que esté en su órbita. Sí, Madonna se reinventaba artísticamente, pero Swift cambia los paradigmas ya casi como rutina. Es alguien que renegoció para TODOS en la industria del streaming musical y que aún es capaz de vender su música en formato físico como si fueran los 80, eso debe llamar más que nuestra atención.
Mi generación vio irse los discos (acetatos y vinilos), los vimos regresar como objetos de colección. Tuvimos casetes de lo que amábamos y luego los cambiamos por cds. Ahora no sabemos qué hacer, porque son demasiado preciados para deshacernos de ellos, pero obsoletos para llevar con nosotros. Mientras tanto Swift anuncia, desde su concierto de Singapur, que su próxima producción tendrá hasta una versión física especial (más allá de las ya anunciadas) con una canción extra y con el título Black Dog (una referencia a la melancolía que llega hasta Winston Churchill) y que hará de su Tortured Poets Society un fenómeno más, de aquellos que se pueden y se compraran porque así son los fans. Los fans de Swift lo harían todo y serán felices solo por la oportunidad.
