Se sabía, pero el anuncio oficial de que Warner va a lanzar su servicio de streaming donde combine contenidos de sus marcas ha llamado mucho la atención. No debería. A estas alturas ya sabemos todos lo que los grandes empresarios del entretenimiento digital siempre supieron: “Nada va a ser para siempre, no habrá ya monopolios y no habrá dinero ni tiempo para que las suscripciones a tantas plataformas sean viables en los mercados del mundo”.
Se estarán preguntando ¿y HBO Max y Discovery+? Muchos conocedores sobre qué es de qué corporativo. El anuncio deja claro que los servicios premium no se van a ir, pero queda claro que los contenidos originales de altísimo presupuesto no son el modelo viable en el futuro. Por ejemplo, cuando eres Warner y tienes títulos como Friends, serie de la que se han licenciado de uno a otro postor por ya dos décadas. ¿Un híbrido entre servicio de paga y otro con anuncios? Puede funcionar.
No son los primeros. Vix lo acaba de hacer. Ese catálogo de habla hispana vale mucho más que la mayoría de las cintas más vistas del mundo en potencial ingreso en su retransmisión, pero la verdad es la que Netflix sí ha admitido: la competencia no está en sus aparentes contrincantes directos. El negocio del entretenimiento incluye al de los videojuegos y aunque muchos no quieran aceptarlo, es claro, con cada reporte financiero al respecto, que la industria, también en streaming ahora, es donde está el dinero y el tiempo de los consumidores más leales. Con eso en mente, podrá sonar a retroceso, pero no necesariamente mala idea regresar al modelo de anuncios, opcionales, en las ya incontables plataformas de streaming.
Susana MoscatelTwitter: @susana.moscatel