Llevamos semanas peleando en redes por motivos nada musicales, pero que involucran tradiciones de nuestro México. Tristemente puedo decirles desde ahora que nadie va a ganar, mucho menos la música. ¿Saben quién va a ganar? Las personas que comercializan, monetizan y explotan nuestras diferencias en redes sociales, medios y en la política, tomando temas que podrían ser asunto de simples preferencias y convirtiéndolos en asunto de “ellos contra nosotros”, clasismo, xenofobia y esas palabritas que son la gasolina de la viralización.
¿Quisiera yo ir a la playa y que la música, la que sea, de los demás esté siempre en primer plano y a todo volumen? Por supuesto que no. Por eso creo en los audífonos, pero entiendo que hay cosas que se acostumbran en ciertos lugares y en lo que los residentes de esos centros turísticos deciden o averiguan qué hacer con ello, pues yo le subiré a la cancelación del audio exterior a mis audífonos o buscaré otra playa.¿Es un problema sin solución fácil para los destinos? Por supuesto. pero también es la mecha perfecta para encender esa indignación que es lo que provoca mas clics y agresiones en las redes y la vida real.
No le entro. No voy a enojarme con desconocidos por opinar distinto que yo. Es clao que solo sirve a intereses banales como el morbo o políticos como el divide y vencerás. Paso. Las consecuencias son reales en estos tiempo donde imperan el odio, la división y el rechazo a lo diferente.