Ya hablaremos mucho de esta nueva entrega de Disney, donde toman uno de sus grandes clásicos animados y los llevan a la acción real. Pero la nota, desde el día de su premier en Los Ángeles y tras una entrevista en la que algo insinuó sutilmente su director, Bill Condon, es que hay un “momento gay” en la cinta.
Corte a la crisis de los fundamentalistas sexuales. Y de los países con políticas claramente homofóbicas, como es el caso de Rusia, donde después de todo un debate sobre si se proyectaría en absoluto la cinta, se determinó que esta no es apta para menores de 16 años. En Alabama un autocinema ya se negó a proyectarla dando como razón que los dueños son cristianos. Sin duda alguna los morbosos correrán a ver qué hace Disney con este tema.
Pues les tengo noticias, ya sea buenas o malas, depende de en qué lado de esta histeria se coloquen ustedes. Yo parpadeé y me perdí del momento. Me tuvieron que decir que ya había pasado. No es ni sexual y no cambia en absoluto la narrativa (hay otras cosas que hicieron con esta cinta que cambian algunas cosas fundamentales de la historia, pero esto no).
Pero lo cierto es que, por diferentes vías, muchas personas nos han preguntado que si había una agenda gay en esta cinta y qué opinábamos de ello. Empecemos por el término de agenda. Me parece que la única agenda aquí es el interés de Disney por recrear y volver a exprimir el amor a sus clásicos. Reinventar artística y financieramente cosas aseguradas. Y como ésta la hicieron en el 2017 y no en 1991, como ocurrió con la animada, pues la diversidad en todo su esplendor es la única forma de representar a todo un pueblo si se quiere ser incluyente. Si hay algo que Disney ha aprendido a hacer es precisamente eso, enmendar los personajes que en el pasado no causaban ni un suspiro y que hoy serían escándalos raciales (los cuervos del Libro de la Selva original).
La Bella y la Bestia es una cinta para disfrutarse sin rompernos la cabeza, pero desde el primer momento los temas de los que se han hablado al respecto son el feminismo de su protagonista y preferencias sexuales de los personajes. Agradezco que Bella (alerta de spoiler– por si no lo sabían-) no se enamora de la Bestia hasta que está por convertirse en un ser humano, porque si no, no quiero imaginarme quién sería el primer radical que la trataría de vetar por promover la zoofilia. Así de dañados estamos ya.
En lo particular debo decir que para quienes especulan que si el personaje de Josh Gad que interpreta Lefou (el compinche del villano Gastón) está enamorado de su patrón, pues admito que no me molestaría nada ese giro en la historia. Pero son puras interpretaciones. Y Gad, quien fue protagonista del elenco original de la sí muy controvertida y delirante obra Book of Mormon, es lo mejor de toda la película. Sea cual sea el camino de sus placeres.
Twitter: @SusanaMoscatel