Después del desastroso desempeño que el actual presidente de Estados Unidos tuvo contra Donald Trump en el primer debate de la contienda electoral, ha quedado muy claro —encuesta tras encuesta— que la edad y la claridad del Presidente es la principal razón por la cual ese pequeño grupo de personas que dicen no haber decidido por quién votar en noviembre acabarían haciéndolo por Trump. Hollywood no está contento.
No pretendo insinuar que Hollywood es una masa homogénea de opiniones, claramente no lo es. Pero históricamente ha sido un gran apoyo para el Partido Demócrata; su voz, aunque siempre criticada por la derecha, suele tener algún tipo de peso. Y más que su poder de convencimiento esta el de recaudar fondos para el candidato. Eso esta al borde de desmoronarse en estos momentos tan críticos de la contienda por el hecho de que Joe Biden se rehúsa a considerar ser remplazado. Y voces fuertes del entretenimiento están siendo levantadas.
El cocreador de Netflix: Reed Hastings, por ejemplo, ya se unió a quienes le piden que se retire. Lo hizo a través del NY Times y no ha flaqueado en opinar más al respecto. Hastings, por cierto, es uno de los grandes donadores para el partido de Biden.
Damon Lindeloff, cocreador de la serie Lost, ha escrito un editorial fuerte a través de Deadline pidiendo que se deje de dar donativos si Biden no se retira. Y nadie más vocal que el comediante Bill Maher, quien hace meses inició su temporada de Real Time en HBO, pidiéndole al Presidente que no fuera como Ruth Bader Ginsgburg, una mente legal brillante, que por no abandonar la Suprema Corte dejó que ese espacio se le diera a un juez ultraconservador, echando años atrás los derechos reproductivos por ello.
Sí, Hollywood está preocupado y tiene razón de estarlo. Sobre todo, porque su experimento llamado Donald Trump tomó todos sus mejores trucos y ahora va que vuela a, y suspiro aterrada al escribirlo, ganar de nuevo.
