Si creen que nuestras campañas electorales son extrañas sólo hay que voltear un poco para el norte para descubrir un mundo de realidades alternas, extrañas y, sin duda, mejores que cualquier ficción.
Ayer, en el que tal vez sea el único caso antes de las elecciones de todas las demandas que tiene en su contra el ex presidente Donald Trump, la estrella porno Stormy Daniels aprovechó su momento en el estrado para hablar, hablar y hablar de cosas que no le gustaron nada al equipo legal de Trump.
Y es que la cosa es esta así: la demanda no es por las relaciones sexuales que tuvieron, ni siquiera por haberle pagado para mantener silencio al respecto, no. La demanda tiene que ver con el origen de ese dinero. El ex abogado y ya criminal convicto Michael Cohen le pagó 130 mil dólares a Daniels por su silencio, pero lo que busca demostrar ahora la parte acusadora es un fraude de negocios con dinero electoral cuando Trump pagó eso de regreso a Cohen.
Se podrán imaginar que nadie en el equipo del hombre color naranja más poderoso de la historia estaba contento el pasado martes cuando Stormy dio detalle tras detalle de la relación. Esto no solo hizo el juicio más entretenido para los millones siguiéndolo, sino que distrajo del tema legal, del cual argumentan y no sin razón, que ella no podría saber al respecto.
La cosa es que con todo esto que está pasando, Trump sigue arriba en las encuestas. ¡Sigue arriba! Y aunque aún tienen meses —y no semanas como nosotros— para que se decida la elección, hay un sector relevante para las estadísticas que dice que no votaría por un criminal que ha sido encontrado culpable, y eso les preocupa.
Toda esta historia podría ser leída como una comedia negra y cruel, pero parece que nada cambiaría lo resultados finales en las elecciones, así que vayan a ver qué tiene que pasar para que la gente pierda fe en su candidato cuando ya decidieron que de ahí son.