La actriz, convertida en conductora de talk show, ha cometido un grave error en su larga carrera y su gremio no está tardando nada en hacérselo saber. Sabemos bien que hay huelgas paralelas en Hollywood, de escritores y de actores, así que la mayoría de las producciones han tenido que detenerse. La esperanza de todos es que pronto logren negociar un acuerdo justo, con el cual se pueda vivir bien del trabajo y eso es real en ambos casos.
Por eso con el anuncio de que Drew comenzaba las grabaciones de nuevo de su programa les cayó como balde de agua helada a todos, y en particular a sus escritores, quienes, a diferencia de los redactores de programas de noticias, por ejemplo, son miembros del sindicato de escritores (WGA) que ocupa el show de Drew. Ella dijo que esta apegándose a todas las reglas de la huelga, que ninguno de sus invitados va a promover programas o películas y que está en todo su derecho a hacer lo que hace. Tal vez sí, pero lo cierto es que la mayoría de los actores en su situación apoyan a sus compañeros, y los escritores de su programa se la están pasando muy mal, porque el mensaje es que ellos son indispensables.
Sorprende que Drew Barrymore piense que este es un tema de “cancelación social” que enfrentará, en lugar de ser un asunto de solidaridad con la gente que trabaja en la industria en la que ella nació y que jamás han tenido ni de lejos las oportunidades que ella para vivir holgadamente de su talento. Por eso el enojo es enorme. Cualquier miembro de esta industria que vaya a ese show, ha sido amenazado de que se le considerará como rompehuelgas, como a la misma Drew.
