Hay tantos contenidos en las compañías de streaming que a veces uno termina viendo lo que ya le es familiar y seguro. Yo he cometido el pecado capital, por ejemplo, de regresar a ver Dr. House completo más veces que lo que mi vergüenza me permite admitir. Porque es verdad, a veces hay tanto que parece igual que nada, y no todo es Succession, Game of Thrones o Los Soprano. De hecho, estamos a días de que esa plataforma ya ni siquiera se llame HBO.
Netflix está sufriendo de una curiosa reputación estos días, porque pegó primero y sigue siendo líder cuando vemos los números. Pero la cantidad de series y películas que se han visto obligados a producir debido a que se están quedando sin los derechos de tantas cosas que ahora regresan al nuevo streamer de su casa matriz es enorme.
Por eso quiero destacar un par de estrenos en las últimas semanas. Lo hago por valientes, distintas y porque este es el momento para que la compañía deje claro que, en series al menos, no son la “nueva Televisa”, como muchos dicen. Hablo de Beef y de The Diplomat. La primera empieza con un evento de furia al volante y a partir de ese detonador nos llevan a las enredadas vidas de sus protagonistas Ali Won (fantástica) y Steven Yeun. Los reto a que la vean y no se identifiquen con al menos los momentos iniciales de la narrativa. The Diplomat es protagonizada por Keri Russel (Felicity, The Americans) y como dice su creadora Debora Cahn: “Es una vista a los temas que trabajábamos en The West Wing, pero con ojos en el mundo entero”. ¡Wow! Hace mucho no se hacían series así.