Política

Fiesta en el Infierno

Rimbaud y Bowie nos acompañan en esta fiesta de glam y música. Reina el caos en Paseo de la Reforma, las calles están cerradas por la marea guinda que contrasta con la marea negra de ojos delineados. Trasnochados animales en charol, cuero, botas altas, stilettos y humo. El cruce con avenida Balderas e Independencia es una fiesta absoluta en la que reina Alaska, ¿la organización? Impecable, no se ven aglomeraciones innecesarias, la fila avanza a un ritmo demente, todos somos revisados con detalle y rapidez. Había olvidado el hermoso lobby art decó del Metropolitan, obra del arquitecto Pedro Gorozpe, puede que no lo creas, da igual: el mármol huele, sí, tiene un olor sensual, frío. Los cocteles incendian las bocas. Todas son divas bajando esas escaleras aunque lleven vasos de plástico. Este teatro, que antes fue un cine, sobrevive. Luce impecable bajo la operación de Ocesa, es una lástima que toda una época arquitectónica en nuestro país esté deslavada, podrida, ahí está el portentoso Orfeón en ruinas a un par de calles, en Luis Moya, también el cine Ópera en la San Rafael está esperando tiempos mejores, se vuelve moho, a nadie parece importarle. Después de la genial actuación de Nancys Rubias, aparece. Icónica, genuina, reina absoluta, dueña del escenario, ella: Olvido Gara, abre las fauces de la noche con Fiesta en el Infierno, el teatro se viste de rojo, las luces iluminan los rostros en éxtasis, Lucifer luciría pálido a su lado, su presencia es tan poderosa que domina todo el espacio, lo absorbe, magnetiza hasta a las estatuas blancas e insólitas que nos miran, al ver sus ojos es imposible no pensar que han mirado tantas épocas. El rojo se diluye en un juego de luces de otro planeta, en blancos imposibles, nos remata de nostalgia con su Electricistas. Ya nadie está sentado, todos estamos bailando y gritando: ven sube, a mi nube, yo te estaré esperando, flotando. A mi lado está una fans que ha venido desde Texas a verla, lleva un vestido rojo de terciopelo, un arnés de cuero, otro fans también a mi lado lleva un vestido verde oscuro, medias de encaje, su cabello rojo es una provocación, baila al ritmo de Espectacular.

La barrera generacional se rompe, personas de 20 años, de más de 50, todos están unidos por la música y la rebeldía. Un azul violeta intenso nos marea, De qué me culpas, himno que revienta la cara de los hipócritas, ¿por qué te atreves a imponerme tu moral y amenazar?… no daré ni un paso atrás. Y así lo hizo, nunca inmóvil, siempre adelante, por eso está aquí frente a nosotros, vigente, delirante diosa que conjura pasiones, desafíos mentales, alquimia. Suena en español el cover de Héroes de Bowie, lágrimas en algunos rostros. Un fans baila con una hermosa corona de luces sobre su cabeza. Se acerca el final, suena A quién le importa. La noche se siente segura, así es como se siente estar vivo, no se apaga con nada el fuego que nos ha dejado, las noches del 18 y 19 de enero: histórico sold out.


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Susana Iglesias
  • Susana Iglesias
  • Escritora. Autora de la novela Señorita Vodka (Tusquets)
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