Para todos los mexicanos este 2020 ha sido un ir y venir de presiones, ansiedad y crisis, pero también de lecciones qué aprender de una vez por todas. En la salud, las medidas permanentes e inflexibles para el cuidado preventivo; y en lo económico, el ahorro, la previsión de seguros y el manejo cauto, inteligente y creativo de los pequeños negocios, amén de la constancia y responsabilidad para cuidar el empleo. Lo aprendido quedará marcado para el futuro, como un trago amargo que en el presente nos hace apreciar lo que habíamos soslayado quizá por exceso de confianza o comodidad.
En lo que toca a quienes integramos el gremio periodístico mexiquense, al igual que los colegas en el país y el mundo hemos estado asimilando esas mismas lecciones, pero además sentimos como nunca la importancia de la actualización y modernización de nuestros conocimientos y procesos, con énfasis en las tecnologías de la información y en el lenguaje claro y conciso que la sociedad demanda principalmente en las plataformas digitales para recibir y comprender contenidos con una gran carga de datos científicos, estadísticos y técnicos. Es decir, la comunicación demanda cada vez mayor velocidad, precisión, sencillez y sobre todo veracidad. Tarea nada fácil ser el mensajero y “traductor” de situaciones sociales tan duras y técnicamente complejas.
Pero nuestro compromiso con la sociedad debe imponerse, el profesionalismo de cada compañera y compañero va por delante para cumplir con sus lectores, televidentes, radioescuchas y cada vez más cibernautas, adaptándonos a las circunstancias con resiliencia incluso ante la propia pandemia, pues al desempeñar estas tareas los periodistas han puesto en juego su salud y el bienestar de sus familias. Con su labor, cada comunicador es pieza importante, junto con la invaluable labor de los trabajadores de la salud y de otros sectores, para hacer frente a esta histórica pandemia que ha transformado la realidad mundial en unos cuantos meses.
A nivel gremial estamos conscientes del momento que nos ha tocado y de los retos que tenemos por delante. A la capacitación, superación profesional y solidaridad que caracteriza a los periodistas organizados, ahora se suma el ineludible fomento a la salud física y mental de cada uno de las compañeras y compañeros que, como uno solo, se han mantenido unidos trabajando en su trinchera para beneficio de la sociedad a la que nos debemos, y por la que seguramente seguiremos adelante, a pesar de que ya hemos sufrido lamentables bajas en este terrible ciclo.