El día de ayer, el Presidente de la República rindió el informe trimestral de su gestión. Había muchas expectativas, toda vez que se anunció que se daría a conocer un plan de reactivación económica, en medio de lo que muchos consideran será la peor recesión económica de los últimos 100 años.
El “plan”, como el propio Presidente lo señaló, se resume en tres ejes: mayor inversión pública, empleo, y honestidad y austeridad republicana. El “plan” se centra en el gobierno y se olvida del sector privado, aunque por cada peso que invierte el sector público, los privados invierten casi siete.
No hay apoyos extraordinarios para que el campo produzca más en estas circunstancias donde necesitamos garantizar el acceso a los alimentos.
Lo que hay son apoyos pequeños que no inciden en la producción. No hay un programa integral para blindar a las micro, pequeñas y medianas empresas que generan el 72% de los empleos; lo que hay son las llamadas tandas del bienestar que consisten en un primer financiamiento de 6 mil pesos y que excluye a los jóvenes menores de 30 años.
No hay un paquete de incentivos para que los privados quieran invertir en estas condiciones para mantener y generar empleos, lo que hay son empleos temporales, becas, apoyos sociales, reclutamiento de más militares y marinos. La realidad es que no hay un “plan” como el que anunciaron otras economías del mundo, aquí todo sigue como antes: continuará la construcción de la refinería, del aeropuerto, del tren; se seguirán dando cada vez más apoyos sociales, se repartirá más dinero que ayuda en algo en lo inmediato, pero que es un paliativo en medio de una grave enfermedad. El compromiso del Presidente fue que en diciembre podrá decir que todos los pobres de México ya cuentan con la protección y el amparo de su gobierno; pero lo que también debemos decir, aunque duela, es que bajo esa visión, lo más probable es que esas personas, seguirán siendo pobres. Ojalá el compromiso fuerabrindarles oportunidades para salir de ella.
22 millones de personas ya reciben un apoyo social, en casi la mitad de los hogares se entregan recursos. Esa cifra se parece más a los 30 millones de votos de 2018, el problema es que somos 120 millones de mexicanos. _