Es lunes 20 de febrero y a las 7:23 da inicio, desde Palacio Nacional, la conferencia mañanera del Presidente de México. Todo transcurre con la normalidad de los últimos cuatro años y medio.
El jefe del movimiento es ahora jefe de Estado, pero lo cierto es que atrás quedaron los años donde el político que hoy conduce los destinos del país recorría todo el territorio nacional.
Tan así que la mayoría de sus más fieles seguidores presumen fotos de hace años y la realidad es que hay muy pocas fotos con el pueblo de su etapa como Presidente.
Se alejó, no sé si por haber cumplido su misión, no sé si por cuidar su salud, o si simplemente el paso del tiempo alcanzó al luchador social. La lucha que libraba en la calle con furia, la llevó al palacio, y aunque cambió el estilo y cumplió el objetivo, la furia sigue siendo la misma.
Esa furia es el combustible más poderoso de su movimiento, pero es también la que no deja que se gobierne para todos. Han pasado algunos temas de la agenda y entonces viene el comentario esperado por todos los que vimos el resultado de la elección en Tamaulipas.
“Tamaulipas está dando el ejemplo”, “lo más importante es que no hubo confrontación, no hubo violencia...”
Escucho eso y no lo puedo creer. Durante 15 días Jesús Iván Romero Velázquez, supervisor electoral del Instituto Nacional Electoral, estuvo secuestrado en Tamaulipas, en vísperas de la elección extraordinaria, pero de eso nunca se dijo nada en la mañanera.
El hoy Presidente nunca habría dejado pasar este hecho desde la oposición; hoy lo único que no deja pasar es que su partido obtuvo más del 70% de los votos, aunque no haya votado el 80% de los ciudadanos.
¿Qué pasó con el Presidente cercano a la gente? El Andrés Manuel de antes, el que despertaba admiración aun en muchos opositores y era ejemplo para muchos jóvenes, estaría en plena lucha por los medicamentos contra el cáncer y no disfrazando la verdad o prometiendo un sistema de salud de primer mundo que no va a llegar porque no ha empezado a construirse.
Me hubiera gustado ver un comentario mesurado, donde lamentara la baja participación. Morena ganó con contundencia, pero el hombre que yo admiraba como líder cercano al pueblo no es el mismo que sale en las mañanas. Él hubiera luchado del lado del pueblo, no del poder.
Saúl Barrientos
